SJS01. SAN JOSÉ (COSTA RICA), 27/01/2016.- El doctor William Araya del Ministerio de Salud de Costa Rica, muestra un frasco con larvas del mosquito Aedes Aegypti, transmisor del virus del Zika, del dengue y el chikunguña hoy, miércoles 27 de enero de 2016, en un laboratorio en San José. El Ministerio de Salud de Costa Rica informó hoy que intensificó la vigilancia en los aeropuertos y fronteras terrestres con el objetivo de prevenir la entrada del virus Zika al país. EFE/Jeffrey Arguedas
A comienzos de 2016 se confirmó la presencia del virus del zika en más de 20 países, con brotes importantes en Brasil, pero también en Colombia, El Salvador, Panamá y Cabo Verde; a mediados de agosto, los países afectados sumaban 70.
La propagación del zika causó especial alarma por su vinculación con malformaciones fetales, principalmente microcefalias, lo que llevó incluso a recomendar a las embarazadas no viajar a zonas de riesgo de contagio.
El doctor Galán ha examinado la situación actual del zika en los micrófonos de “El Bisturí”.
¿En qué situación está el zika? ¿Por qué irrumpió con fuerza en Brasil?
En Brasil hay una densidad de población mucho más alta que en otros lugares, y las condiciones para la supervivencia del mosquito que lo transmite son mayores, y además, ya se había producido transmisión activa de otros argovirus como el dengue o el chikunguña. También una serie de condiciones medioambientales facilitaban condiciones óptimas para que el virus se transmita mas eficientemente.
Además este virus tenía algunas características; la variante del virus del zika transmitida desde Asia tiene cargas virales más altas; las epidemias son más largas y las posibilidades de transmisión también.
¿En que momento está ahora el riesgo a nivel mundial? ¿Cómo debe ser la vigilancia?
Es verdad que no existe la sensación de alerta social, pero desde el punto de vista científico y para las autoridades de salud pública hay que mantener la vigilancia. Hay países que no comunican casos, pero en otros hay incrementos significativos como Angola, y en zonas de Brasil donde parecía había pasado, se está observando reemergencia y reintroducción del virus.
Es una situación expectante para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los últimos datos hablan de posibles mutaciones en el virus sin saber cual puede ser su impacto.
En definitiva, ahora no hay alerta, pero seguimos trabajando y vigilando al virus.
¿Y la vacuna?
No hay vacuna. Tardaremos mucho, hay un prototipo en fase 1, muy incipiente. Con el dengue, hermanastro del zika, estamos probando ahora una vacuna, muchos años después de que provocara estragos sociales.
¿Y la microcefalia?
Desde el minuto 1 de la epidemia, la alerta de la OMS es por los casos espectaculares de microcefalia en Brasil. Al principio se puso en cuestión si había asociación, pero ahora tenemos evidencia con casos en Colombia, Puerto Rico, la Polinesia. Es evidente y tenemos datos que nos hacen ver que el zika atraviesa la placenta y se une a células vitales para el desarrollo del feto. Están identificadas y hay evidencia demostrada para la asociación zika-microcefalia.
¿Cómo influye el cambio climático en la transmisión de estas enfermedades?
Los argovirus transmitidos por artrópodos están en un momento de clara expansión. No solo el zika, ha sido el dengue, y también nos preocupa la fiebre amarilla. Es verdad que los mosquitos van aumentando sus latitudes por condiciones como el cambio climático, eso es evidente, les favorece. Es significativo el caso de España con un mosquito parecido por la cuenca mediterránea. Y una vez que se estabiliza es difícil de erradicar. Este es un problema que deberán analizar los entomólogos.
Nosotros lo que debemos hacer desde la esfera de la medicina y la salud publica es hacer recomendaciones para utilizar mosquiteras y repelentes de mosquitos.
Si en el caso de las mujeres embarazadas se hace poco caso de medidas como llevar repelentes, pantalones o ropa larga, estamos también ante un problema cultural, y debemos ser más incisivos en las medidas a tomar, sin esperar a la ciencia, son actuaciones que tenemos que adoptar y reforzar los mensajes a la opinión pública.
¿Solo se presta atención a este tipo de enfermedades cuando llega a Occidente?
Si, nos ocurre con las enfermedades infecciosas como con el terrorismo, lo percibimos cuando lo notamos como amenaza real. Si sucede en la lejanía no nos preocupa tanto, pero esta es una visión reduccionista. El mundo se ha globalizado y tenemos datos respecto a la facilidad con la que viaja cualquier enfermedad que pueda aparecer en cualquier parte del mundo, en 24 horas la podemos tener en nuestro entorno.
La medicina no debe basarse solo en lo local, sino en lo global, y enseñar desde cualquier ámbito social que cualquier agente infeccioso puede estar en nuestro entorno en muy poco tiempo. El caso paradigmático es el coronavirus que en escaso tiempo viajo de China a Canadá, en menos de 48 horas. Tenemos que estar vigilantes ante un brote infeccioso sea donde sea.