El pasado 9 de febrero se celebró en el país el aniversario 200 de la abolición de la esclavitud. Un hecho de suma trascendencia que no se visibiliza ni se incluye en la enseñanza de la historia de la República Dominicana.
La abolición de la esclavitud según distintos historiadores e historiadoras del país (Franklin Franco, Quisqueya Lora, Emilio Cordero Michel, Hugo Tolentino Dipp, Amaury Pérez, entre otros) se produce con la ocupación de Boyer y como plantea Carlos Esteban Deive (historiador y antropólogo) en su libro ¿Y tu abuela donde esta? El negro en la historia y la cultura dominicana (2014) “La abolición de la esclavitud decretada por Boyer fue recibida con gran regocijo por los esclavos negros y mulatos, pudieron al fin integrarse libremente al sistema productivo, contribuyendo de ese modo al fortalecimiento de las bases objetiva de la futura nación dominicana”. (Deive 2014).
Ese regocijo con que la población dominicana esclava hasta el momento recibió a Boyer es destacado igualmente por Emilio Cordero Michel en Cátedras de Historia Social, económica y política dominicana (2015).
El tabú existente frente al hecho ha sido parte de las distorsiones en la enseñanza de nuestra historia desde la niñez y el silenciamiento de las voces y realidad de la mayoría de la población dominicana que hasta 1822 era esclava.
Releer nuestra historia con una mirada crítica desde las prácticas de explotación, esclavitud, violencia y abuso sexual hacia la mayoría de la población de origen africano supone develar y desmontar los grandes silencios que han estado presente en nuestra historia.
La esclavitud es una de las prácticas más injustas y cargadas de violencia y violación de todos los derechos de las personas.
Por cientos de años se convirtió en nuestro país a una gran masa de población (incluyendo a los aborígenes) en objetos de venta y propiedad de otro ser humano que decidía sobre su vida y su cuerpo como su posesión y le imponía todo tipo de trabajo forzoso, castigos, maltratos y abusos incluyendo las violaciones sexuales.
El silencio frente a lo que fue la esclavitud en nuestro país en términos históricos ha sido parte de la gran trama ideológica hispanizante y racista impuesta en términos educativos tanto formal e informal vinculada a la negación de nuestras raíces afrodescendientes que forja nuestro pueblo y nuestra identidad cultural.
Este silenciamiento e invisibilización tiene otro objetivo que es la negación de los derechos de nuestra población y la perpetuación de muchas prácticas que apuntan a lo que se ha llamado la “esclavitud moderna”.
¿De qué manera se expresan las lógicas esclavistas en nuestra vida cotidiana?