Silvia Pérez Cruz: “La música no pide permiso, te mete la puñalada”

Silvia Pérez Cruz: “La música no pide permiso, te mete la puñalada”

BUENOS AIRES. La sonrisa inocente de Silvia Pérez Cruz oculta una fuerza endiablada que se libera cuando sube al escenario y ataca con su voz corpórea a las emociones. “La música no pide permiso, te mete la puñalada”, aseguró antes de presentar su último trabajo, “Vestida de Nit”, ante el público de Buenos Aires.

En una entrevista con Efe, la cantante española habló del viaje que dio origen a un disco que para la artista es en realidad una investigación sobre la sonoridad y una apuesta por la ruptura de los modos tradicionales de la música clásica.

Nace de los conciertos que ofrece desde hace tres años acompañada de un quinteto de cuerda, en los que versiona parte de su repertorio habitual y una selección de canciones que enlazan el jazz con las habaneras cubanas, con el vals peruano o con la música popular brasileña.

“El reto era investigar con canciones que a mí me enamoran y me hacen sentir en casa para poder sentir el vértigo de la sonoridad. Por eso, este es uno de los discos más difíciles que he hecho”, describió la ampurdanesa (Palafrugell, Girona, 1983), quien actúa hoy y el próximo jueves en Buenos Aires.

El público escuchará esta noche un mosaico ecléctico de canciones que van desde el “Hallelujah” de Leonard Cohen al vals peruano “Mechita”, o el tema que da nombre al álbum, una habanera escrita por sus padres, el fallecido Càstor Pérez y Glòria Cruz.

También se atreve a desnudar “La Lambada”, de Kaoma, ese tema que Jennifer López y Pitbull convirtieron en un hit de discoteca. Pérez Cruz lo abraza y lo tranquiliza hasta crear una balada que sin embargo mantiene el equilibrio original, esa capacidad tan brasileña de mezclar la risa con la melancolía.

Las mil caras de este disco son las mil caras de Silvia Pérez Cruz, quien guarda, pese a la mezcla de estilos, un hilo que vertebra todo lo que toca, como un “Rey Midas” que convierte en emoción cualquier canción que pasa por su garganta, aunque para ello, en el viaje de este álbum, tuvo que arriesgar.

“Cuando vi que habíamos hecho suficientes ‘bolos’, les propuse: ‘¿por qué no la aprendéis de memoria?’ Si quitas la partitura, quitas el código, quitas la matemática, la barrera física, y te escuchas distinto, te miras distinto”, detalló.

Para la artista, el cambio les dio la oportunidad de crecer como grupo: “Son canciones intensas, pero me río mucho, los ves disfrutando y a veces súper en su mundo: en su camino, pero juntos”, contó sobre Miquel Àngel Cordero (contrabajo), Joan Antoni Pich (violoncelo), Elena Rey (violín), Anna Aldomà (viola) y Carlos Montfort (violín).

Queda en este repertorio un poso muy fuerte de “Domus” (2016), el disco que sirvió de banda sonora de la película “Cerca de tu casa”, del director Eduardo Cortés, un drama inspirado en los más de 500.000 desahucios ejecutados en España entre 2007 y 2014.

Pérez Cruz ganó el Goya este año a mejor canción original gracias a “Ai, ai, ai”, tema central de esa banda sonora. Para celebrarlo se subió al escenario y entonó a capella los versos de “No hay tanto pan”: “Es indecente, gente sin casa y casas sin gente”.

Aquellas líneas, que resonaron en televisiones y redes sociales los días sucesivos, llegaron con fuerza a miles de personas por lo sencillo del mensaje y la belleza de la música que lo envuelve: “La música y la letra tienen un efecto de doble ataque”, bromeó.

“Estamos acostumbrados a que los políticos jueguen con las palabras, pero con la música, si está hecha de verdad, con corazón y estómago, no se puede mentir, no la puedes frenar. No pide permiso, te mete la puñalada”, afirmó con la sonrisa constante en los labios.

Si las melodías son para la artista como una erupción, el proceso de tejer las letras es complejo y minucioso, como ir acertando en el lugar correcto de la piñata: “Todo está hecho, pero tú tienes que vaciarte de prejuicios para estirar el hilo y que te caiga todo encima”, dibujó.

Pérez Cruz desgranó las entrañas de su experiencia con la música mientras devora una milanesa argentina y explicó que lo que le sucede con el arte tiene mucho que ver con la “conexión con el presente”, con la sensación que experimenta el surfista en el microsegundo que cabalga sobre la ola.

Espera poder transmitir esa sensación esta noche al público porteño, al que califica de “agradecido”, al tiempo que admira el amor de los argentinos por contar lo que sienten “con muchas palabras”, de paladear cada término, de entregarse con la pasión de los aficionados en La Bombonera.

Termina la entrevista hablando de potencia, de fuerza y de Billie Holiday: “El otro día me la puse y vi tan claro su potencia. Fue un silencio, como una conexión con uno mismo…”, describió. De fondo, suena “All of me”, de la cantante estadounidense. “Ay, si es ella”, se ríe.