También conocido como “El Mago”, el destacado locutor se mantiene en el corazón del pueblo por sus narraciones
El afamado locutor Simón Alfonso Pemberton Swanson, es considerado como una leyenda de la narración deportiva. Conocido como “El Mago”, fue el mejor narrador de carreras de caballos en la República Dominicana debido a su gran destreza.
Su pasión por las hípicas empezó en un día lluvioso, cuando todavía era un niño y su hermano lo invitó al antiguo hipódromo Perla Antillana, que se ubicaba en el Ensanche La Fe. Aunque estuvo dudoso al inicio, a penas llegó, el joven Pemberton, aun sin saber que dedicaría su vida a las carreras, quedó totalmente fascinado por los caballos.
Desde ese momento, sus visitas al lugar se hicieron cada vez más frecuentes y para el año 1962, recibió una llamada de José Brea Peña y Guillermo Asmar Sánchez para que narrara las carreras en sustitución al locutor Yoyo Rodríguez.
A pesar de que en principio el locutor sintió que no sería capaz de realizar este trabajo, lograron convencerlo y fue quien narró la mayor parte de las carreras en aquel entonces.
Según relató más adelante, en una entrevista realizada por el periodista Onorio Montás en su programa «Revista Dominical Dejando Huellas», en su primer día por su mente solo pasaban dos preguntas: “Dios mío, ¿en qué me metí?” y “¿qué voy a hacer”, sin embargo, explicó que bastaron solo unos minutos para que tomara confianza y naciera una de sus famosas frases: “¡A correr, fanáticos!”.
Otra reconocida frase de “El Mago” que pasó a formar parte de la cultura típica dominicana es “dobló por la curvita de la Paraguay”.
Paralelamente a estas narraciones, Pemberton produjo y condujo su propio programa radial llamado Actualidad Hípica, que se transmitía los domingos por La Voz del Trópico.
El programa Dejando Huellas decidió retransmitir esta entrevista en honor a su reciente fallecimiento el pasado lunes 15 de marzo en el hospital Cabral y Báez, de la ciudad de Santiago a la edad de 85 años.
Durante este encuentro, entre emotivos recuerdos e historias, el legendario locutor habló acerca de los tiempos en los que las carreras de caballos estaban en el corazón del pueblo dominicano y era habitual que se concentraran grandes cantidades de personas en los hipódromos para presenciar las carreras.
Las combinaciones para realizar las apuestas costaban 25 centavos y gracias a Salomón Sanz, administrador del hipódromo Perla Antillana en aquel entonces, las personas llegaron a jugar hasta 1 millón 500 mil pesos diariamente, precisó Pemberton.
Además, recordó que para el 1976, a pesar del pequeño tamaño del hipódromo en comparación con otros ubicados en los distintos países, Sanz logró traer al suelo dominicano a los mejores jockeys de todo el mundo, aumentando aún más la euforia del público presente.
También, destacó que en el país existen escuelas de jockeys para quienes se interesen en ser parte de estas carreras, pues, en su opinión, estos atletas obtienen un buen pago por realizar sus servicios.
Sin embargo, lamentó que en la actualidad las carreras de caballos no son valoradas de la misma manera. “Hay mucho egoísmo, creo que eso es lo que ha llevado a la hípica donde está”, consideró.
La construcción del hipódromo V Centenario por el presidente Joaquín Balaguer, fue lo que Pemberton catalogó como “la catástrofe de la hípica en la República Dominicana”, que en su opinión tuvo un mal manejo desde sus inicios, razón por la que las personas involucradas se lamentan.
Para el momento de la entrevista, las combinaciones habían pasado de costar 25 centavos a 16 pesos y difícilmente se conseguía recaudar un millón en ventas.
Explicó que esta práctica no evolucionó con el paso del tiempo, por lo que la gente dejó de asistir a los hipódromos, no se han formado a las nuevas generaciones para conocer las hípicas, por lo que no muestran interés por este deporte.
“Existen cuatro agencias hípicas en el país, pero actualmente la gente no escucha las carreras y, en consecuencia, ya no se vende”, detalló. Sus narraciones en las carreras de caballo lo hicieron merecedor de múltiples reconocimientos como primera gloria inmortal del hipismo dominicano, el 8 de septiembre de 2007, además de ser declarado “Inmortal del Hipismo Dominicano” ese mismo año.