Sin miedo al terrorismo, los franceses votan en unas elecciones “cruciales»

Sin miedo al terrorismo, los franceses votan en unas elecciones “cruciales»

El candidato de centro a la presidencia de Francia, Emmanuel Macron, saluda a sus seguidores tras votar en la primera ronda de las elecciones presidenciales, en Touquet, en el norte de Francia, el 23 de abril de 2017. (AP Foto/Christophe Ena)

París.- La amenaza terrorista no ha disuadido a los franceses de ir a votar en las primera vuelta de las presidenciales, marcadas por las extraordinarias medidas de seguridad pero también por el interés que ha despertado en los ciudadanos, que consideran los comicios “cruciales».

A la puerta del Ayuntamiento del distrito II de París, donde se ha abierto una mesa electoral, Yanine, guardia municipal, filtra a los electores que acuden. “A diferencia de otros años nos han dicho que tenemos que llevar el chaleco antibalas”, dice a Efe la agente.

Yanine registra los bolsos y las mochilas de todos los electores que acuden y efectúa un cacheo a aquellos que llevan un abrigo largo.

“Es la primera vez que hacemos este tipo de registros, es a causa del estado de emergencia”, explica la policía municipal. Tanto ella como su compañero tienen prohibido entrar en la sala donde está instalada la mesa electoral, a la que tampoco tiene acceso la policía, a menos que lo autorice el presidente de la misma.

Los agentes municipales, que en Francia no pueden llevar armas, están apostados en la puerta del Ayuntamiento y conectados por radio con el responsable de la mesa electoral.

“En caso de que haya un incidente nos avisa”, asegura la agente. Cada presidente de mesa cuenta con una orden del Ministerio del Interior que facilita la entrada a la sala a las fuerzas del orden en caso de necesidad.

Francia ha desplegado un dispositivo excepcional para las elecciones, las primeras de su historia que se celebran bajo el estado de emergencia, decretado tras los atentados del 13 de noviembre de 2015.

La amenaza yihadista que pesa contra el país ha llevado al Gobierno a movilizar 50.000 agentes y 7.000 soldados para ocuparse de la seguridad.