Sindicalistas de antología

Sindicalistas de antología

Guido Gómez Mazara

Las huelgas cañeras, al inicio de los años 40, marcaron el rumbo de la resistencia frente a una tiranía sin precedentes. Allá, en el dolor y sacrificio del desarrollo de la industria azucarera, el país conoció de los excesos y explotación que terminaron en la toma de conciencia de un sector, capaz de colocar a Mauricio Báez en el punto de referencia de las luchas sociales de singular significación.

Del martirologio y exponentes de aquellas jornadas quedó el texto literario como prueba inequívoca de la importancia de un proceso social irrepetible.

Over, de Ramón Marrero Aristy, narra la expoliación y cuadro de exclusión, materia prima del discurso que caracterizó el liderazgo de una época.

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Justino José del Orbe, Ju lio de Peña, Barbarín Mojica, Jacinto de los Santos, entre otros, llenaron de gloria las páginas del sindicalismo auténtico.

Los dirigentes sindicales post guerra de abril militaban con efervescencia, pero vivían acorde a sus ideas. Nunca rentabilizaron su condición de obreros, dándole un toque de respetabilidad a las causas que defendían.

Desafortunadamente, el carácter amarillezco de algunos exponentes del sector sindical, anda de paños y manteles en discursos de escasa justicia social para los suyos, e insaciable vocación por ventajas personales.

Y las razones de sus reivindicaciones no han cambiado, ellos sí.

Ahora, una pensión los dobla frente al poder y cualquier ventaja constituye el ardid para transformar sus principios.

Por eso, su afán cerrando filas con el continuismo de todos los aspirantes presidenciales.

Ninguna idea seductora, sencillamente las ventajas que degradan tanta historia y jornadas emblemáticas.

El período de mayor importancia en la historia de las ideas posterior al ajusticiamiento de Rafael Trujillo, encontraron en la lucha sindical los referentes y paradigmas que revistieron de respetabilidad una parte del liderazgo de toda una época.

Y la ocasión siempre es oportuna para recordar los otros. Siempre firmes, concluyeron sus vidas en medio de las limitaciones económicas que retrataron el tamaño de su decoro.

Caramba, qué distancias con algunos de los exponentes contemporáneos.

Básicamente, de los tres mosqueteros que, como de costumbre, se colocan en el mercado de la reelección, ganando mercurialmente lo que perdieron en respeto de los ciudadanos.

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