Ocurre cuando la respiración se detiene mientras usted está dormido. Un grave problema de salud pública sin respuestas por parte del sistema de salud dominicano.
Parafraseando sin temor a equivocación, a Hipócrates, considerado el padre de la medicina, en su frase célebre: “Las formas de las enfermedades son muchas y la curación de ellas es múltiple”, el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es una entidad médica que consiste en colapsos totales y parciales cíclicos de las partes blandas de la vía aérea superior. Se manifestará con ronquidos, ahogamientos nocturnos, fatiga excesiva durante el día o hipersomnolencia diurna, nicturia o necesidad excesiva de orinar durante la noche.
La causa de este síndrome es multifactorial, lo cual hace de su tratamiento y diagnóstico un reto, ya que, involucra varias especialidades del saber cómo: neumólogos, otorrilaringólogos, neurólogos, maxilofaciales, odontólogos, cirujanos bariátricos, entre otros.
El SAOS no es una entidad clínica nueva, ya que en la mitología nórdica hacía referencia a la maldición de Ondine, la cual describe a un hombre que perdía su habilidad de respirar mientras dormía. Actualmente se le conoce como síndrome de hipoventilación central congénita. Asimismo, de manera magistral y sin ser médico, el célebre autor inglés Charles Dickens, en su obra de 1837 “Los papeles póstumos del Club Pickwick” (considerada una de las obras maestras de la literatura inglesa), describió a el gordo Joe, un paciente que actualmente encajaría perfectamente con un SAOS severo o un síndrome de hipoventilación alveolar.
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Actualmente, se estima que los aproximadamente 22 millones de personas en USA y 5% de la población mundial sufren de esta entidad, pero se consideran ambas cifras muy infravaloradas debido al gran porcentaje de pacientes no diagnosticados. La obesidad es uno de los factores de riegos más importantes para este síndrome, con una gran correlación lineal; el 70 a 90% de los pacientes con SAOS, de moderado a severo, están en sobrepeso o son obesos.
Esto se explica por el cúmulo de grasa en el cuello, alrededor de la vía aérea superior, condicionando una estrechez extrínseca de la base de lengua, entre otros puntos anatómicos.
Por antonomasia, “un asesino silente”, cómo lo refiero en mis conferencias locales e internacionales, este síndrome está relacionado con múltiples entidades clínicas y sociales como: diabetes, insuficiencia cardíaca, hipertensión arterial refractaria, arritmias, problemas de pareja y divorcios, accidentes laborales, entre otras.
Preguntas frecuentes
¿Cómo se trata esta condición?
Las modalidades terapéuticas deben individualizarse, ya que cada paciente puede presentar factores favorables y desfavorables para las modalidades terapéuticas existentes. Dentro de estas modalidades tenemos tratamiento no quirúrgicos y quirúrgicos.
El CPAP (presión positiva continua de vía aérea) es un dispositivo, que envía una presión de aire que busca mantener la vía aérea abierta, evitando así el colapso y las apneas. Es la modalidad no quirúrgica más utilizada en todo el mundo, considerada por muchos especialistas el goldstandard por mucho tiempo, aunque este concepto ha cambiado debido a que actualmente contamos con otras opciones terapéuticas que nos ofrecen muy buen control de la patología.
¿Cuáles son los tipos de terapias?
Dentro de las opciones quirúrgicas tenemos las faringoplastias, avances maxilo-mandibulares, cirugías nasales, cirugía de lengua, estimuladores de nervio hipogloso, entre otros. Estos procedimientos pueden hacerse de manera individual o combinados.
En República Dominicana, para los médicos y los pacientes esta entidad médica es un gran y constante dolor de cabeza, debido a que el sistema de salud no la contempla dentro del catálogo básico, por lo que el paciente que la padezca no tiene cobertura, ni para diagnóstico ni tratamiento.
El diagnóstico adecuado y el tratamiento de esta enfermedad puede elevarse hasta seis salarios mínimos. Esto lleva a que nuestros pacientes (los que pueden) tener que hacer peripecias, como cualquier acróbata de un circo, para acceder a uno de los métodos diagnóstico y después a algún tratamiento, por los altos costos.