Una noche estelar vivió el público con el programa de la noche y las magníficas ejecuciones de la Orquesta Sinfónica Juvenil, dirigida por el maestro Alberto Rincón.
La noche del jueves la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito, se engalanó con la presentación del concierto auspiciado por el Gabinete de Niñez y Adolescencia
El Gabinete de Niñez y Adolescencia, que preside la primera dama, Raquel Arbaje de Abinader, presentó en la sala Carlos Piantini, del Teatro Nacional, el concierto “Sinfonía de Esperanza”, a cargo de la Orquesta Sinfónica Juvenil, dirigida por el maestro Alberto Rincón.
El concierto estuvo dicado a niños y adolescentes de nuestro país. con el patrocinio del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Luego de las emotivas palabras pronunciadas por la Primera Dama, y las del director ejecutivo del BCIE, Hostos Rizik, inicia la gran noche musical, con la Primera Sinfonía en do mayor, Op.21, de Ludwig Van Beethoven, compuesta durante el llamado período clásico del compositor.
La juvenil orquesta asume el gran reto con brillantez: los elementos “juguetones”, polifónicos e inusuales, son resaltados con esmero.
La efectiva dirección de Rincón, permite la libre expresión, capaz de producir la poética musical. Con la interpretación de esta sinfonía, podemos aquilatar el nivel alcanzado por la Orquesta Sinfónica Juvenil, desde su creación en 1997, bajo la dirección eficiente del profesor Alberto Rincón.
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Tras el clasicismo de la Primera Sinfonía, viajamos en el tiempo; escuchamos las bellísimas y paradigmáticas canciones napolitanas “O sole mio” y “Torna a Surriento”, en la voz de nuestro gran tenor Enrique Pina.
Más adelante, Pina alcanza un momento estelar al interpretar la bellísmia aria “Nessun Dorma”- Nadie duerma- de la ópera “Turandot”, de Giacomo Puccini, en la que muestra el potencial de su voz en las notas agudas; en el sonido brillante y el fraseo exquisito. El numeroso público le rindió una calurosa ovación. La segunda parte del concierto es dedicada a la música dominicana, un homenaje a nuestros compositores.
De Caonex Peguero escuchamos su bellísimo Canto Épico “Tierra de Patria, Amor y Esperanza”, una composición poética de hermosa armonía, un canto a la Patria. En “Obertura Merengue”, composición inspirada en aires populares, Caonex logra una excelente orquestación.
Más adelante, escuchamos del compositor Luis Rivera su “Mangulina de Concierto”, otra recreación que nos remite a nuestros emblemáticos merengues. El magnífico arreglo orquestal de Caonex Peguero, hace de esta pieza una especie de sinfonía.
El concierto continúa con la participación de los líricos Laura Pernas –soprano-, Ruth Fermín –mezzo- y Ariel Rincón –barítono-, interpretando del maestro Rafael Solano (música) “Una primavera para el mundo”, hermosa canción inspirada en los versos del fenecido poeta René del Risco Bermúdez.
Los solistas en sus diferentes tesituras se aunan en un maravillo trío, acoplados, proyectando con sus excelentes voces esta emblemática canción convertida en un canto de amor y esperanza.
Enrique Pina regresa al escenario para cantar la canción dominicana más universal: “Por amor”, del maestro Rafael Solano, un verdadero himno, convertido en parte de nuestra identidad. Escuchar esta canción en la voz de Pina es descubrir un nuevo matiz, su potente voz la eleva a una dimensión mayor.
Como cierre, los cuatro solistas interpretan “Quisqueya”, del compositor Rafael Hernández, otro hermoso canto a nuestra bella isla; las voces y el excelente acompañamiento de la Orquesta Sinfónica Juvenil, elemento esencial, hacen de este concierto una velada inolvidable.
El público puesto de pie, aplaude calurosamente. Reconocer a la orquesta, al director y a los cantantes líricos que, con sus voces, se unieron en solidaridad al memorable concierto.