Solidaridad clave para apoyar más vulnerables Latinoamérica y Caribe

Solidaridad clave para apoyar más vulnerables Latinoamérica y Caribe

Por Axel van Trotsenburg

A veces es fácil olvidar cuánto han progresado algunos países y sus habitantes en apenas dos generaciones. Cientos de millones de personas salieron de la pobreza en América Latina y el Caribe desde mediados del siglo pasado. Esto es, sin duda, motivo de celebración, pero casi un cuarto de la población sigue inmersa en la pobreza. Si bien buena parte de la región prosperó, varios países todavía figuran entre los más pobres del mundo o enfrentan desafíos particulares. Estos países necesitan nuestra solidaridad, y una de las formas más efectivas con las cuales la comunidad internacional puede mostrar dicha solidaridad es a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Grupo del Banco Mundial.

La AIF ayuda a los países más pobres del mundo o a aquellos que enfrentan retos únicos, a través de donaciones y préstamos concesionales a tasas de interés cero o muy bajas para apoyar el desarrollo sostenible. Este año, los socios de la AIF se reúnen —como lo hacen cada tres años— para decidir el monto de reposición de las donaciones realizadas por alrededor de 55 países. Los resultados de este encuentro tendrán un gran impacto en los esfuerzos de la comunidad internacional por ayudar a aquellos que viven en los países más pobres de nuestra región a tener una vida mejor.

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Estas donaciones y préstamos ayudan a países como Honduras, Nicaragua, Guyana y Haití, así como a varios pequeños estados caribeños. Anteriormente, la AIF ha apoyado también a Bolivia, Ecuador, El Salvador y Paraguay. Durante los años 1960, la primera década de funcionamiento de la AIF, ésta ayudó a Chile, Colombia y Costa Rica en su camino hacia el estatus de ingreso medio.

Muchas veces esta contribución ha significado un punto de inflexión para la región. En 2018 se triplicó el volumen de recursos destinados a los pequeños países caribeños, Guyana y Centroamérica, mientras que se duplicaron los fondos para Haití. El apoyo a la AIF es hoy más importante que nunca, teniendo en cuenta que los países luchan por impulsar un desarrollo inclusivo frente a aspectos como el cambio climático, entre otros. Los huracanes en el Caribe crecen en número e intensidad año tras año y los países necesitan ayuda para construir infraestructura resistente a estas tormentas. En el Corredor Seco de Centroamérica, cada vez es más difícil para los agricultores poder mantenerse a sí mismos y a sus familias. Haití está clasificado como un estado frágil o afectado por conflictos, lo cual socava su desarrollo económico.

Para lograr el máximo impacto de la AIF, es importante potenciar las contribuciones con recursos domésticos y fondos recabados en los mercados de deuda. Por cada dólar de los donantes, podemos comprometer tres dólares para nuestros países beneficiarios.

La AIF ha destinado alrededor de US$600.000 millones (en precios constantes) en inversiones en 113 países en las últimas seis décadas, en un esfuerzo gigantesco por apoyar a las personas más vulnerables que viven en los países más pobres del mundo. Para el período 2017-2020 hemos incrementado nuestra ambición y estaremos proporcionando US$ 75.000 millones en apoyo financiero. En el BM queremos mantener este nivel de ambición en un momento en que estamos negociando el próximo paquete de 3 años con los 55 socios donantes, para poder contribuir al logro de los objetivos de desarrollo sostenible 2030.

Como resultado de nuestros esfuerzos constantes, la mortalidad infantil en la región disminuyó y los niveles educativos son mucho más altos.