Cuando casi concluye un año, generalmente solemos buscar en nuestro interior la lista de lo que se quería lograr y lo logrado.
Es una ocasión de retrospección. Sin embargo, no siempre se piensa en cómo fue el comportamiento asumido con la familia, los amigos, con el prójimo en general.
En vista de que este año concluye apenas en seis días y, además, de que el 20 del presente mes se celebró el Día Internacional de la Solidaridad Humana, consultamos al padre Manuel Antonio Ruiz para que nos diera su opinión sobre cómo ser mejores personas y ser solidarios con los demás.
En respuesta del religioso, una buena clave a poner en práctica durante este fin de año y Año Nuevo es reflexionar, hacer un alto en el camino para sacudirse y dejar atrás tanto el año viejo, como los errores cometidos.
“Comienza un nuevo año, y este 2023 es una oportunidad para dejar atrás toda sombra que empaña y destruye nuestro futuro. Ser capaces de pedir perdón a Dios y a los hermanos y hermanas que hayamos ofendido, o hecho mal”, dice el sacerdote.
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Expresa el sacerdote católico que este es el tiempo ideal para un nuevo comienzo, siendo agradecidos de Dios. “Debemos agradecer a Dios porque nos da la oportunidad de abrir los ojos y darnos cuenta de que estamos vivos, dar gracias porque tenemos una familia, unos vecinos, amigos; porque tenemos trabajo fijo o no, de alguna manera hemos sobrevivido”.
Con base a la solidaridad – afirma- “es tiempo de sacar lo mejor de nosotros mismos, ser solidarios, que salga de nosotros mismos ir al encuentro del otro, ser capaces de llegar, incluso, al sacrificio por los demás, como nos lo ha enseñado Jesucristo, el divino Maestro”.
Acciones insuficientes
Indica el padre Ruiz que con frecuencia se hacen esfuerzos sobre el tema pero sin resultados positivos.
“El Gobierno y la sociedad hacen grandes esfuerzos por mejorar el mundo en el que vivimos, se llenan las redes sociales, la radio, televisión y los periódicos de los problemas que nos asfixian, como la pandemia de la delincuencia, la violencia y los problemas económicos. Pero resulta que llevamos años en esa lucha, Gobiernos van y otros vienen, y se invierten miles de millones y seguimos peor, porque de modo equivocado hemos pretendido cambiar los males de la sociedad sin invertir tiempo y recursos en el cambio de las personas”.
Afirma el religioso que “hoy es imperdonable el descuido de la familia. Ha sobrado tiempo, voluntad y cuantiosos recursos para hacer leyes, programas y políticas públicas de muchas cosas, y la familia y las personas siguen descuidadas”.
El padre Ruiz, de la Parroquia Santo Domingo de Guzmán y representante de la Conferencia del Episcopado en el Consejo Económico Social (CES), precisa que “ser un mejor ser humano, mejor padre, madre, hermano, mejor vecino, empresario, político, mejor ciudadano, es la clave”.
“Es necesario dejar atrás el individualismo, afán desmedido por ser el centro de todo, y que lo único que importa soy yo, mi bienestar y mi agenda personal”.
Sugerencia del padre Ruiz para el 2023
El religioso afirma que grandes problemas se pronostican en el mundo para el año 2023 y desafíos enormes, pero si grandes son los retos y dificultades, más grande tiene que ser nuestra fe en Dios y en nosotros mismos de que podremos salir a delante”.
Sugiere que para tener éxito en 2023 las claves son: frenar la prisa, hacer silencio, apagar el celular, desconectarse de tanto ruido y hacer una auditoría personal.
“Pasar balance, anotar los dones que Dios nos ha regalado, los talentos que tenemos, identificar las sombras, el mal que hace metástasis en nuestra vida y que frena el desarrollo personal. Porque resulta que nuestra vida en este mundo es finita, un día se apagará y sería muy triste que Dios nos haya regalado tantos años de existencia y se nos haya ido la vida en estar siempre ocupados en no hacer nada y quejándonos por todo”, enfatiza el sacerdote.
“Luego de haber identificado dónde estoy, cuál o cómo es mi salud integral, física, mental y espiritual, entonces, doy un paso trascendental, redefinir mi propio proyecto de vida”.
El padre Ruiz invita a soñar en grande. “Hay que soñar, desterrando de la mente y corazón el pesimismo”.
Soñar en grande -dice- pero totalmente convencido que solo con la humildad y la dedicación a las pequeñas cosas se podrá hacer la diferencia entre el que triunfa y el que solo sueña”.