El caos en el tránsito vehicular sigue en aumento en Santo Domingo, ya que a pesar de los estudios que sugieren sacar chatarras y terminales del transporte urbano e interurbano ha faltado voluntad política para tomar las decisiones en tal sentido.
De ahí que entrar o salir al Distrito Nacional en horas pico se ha convertido en una odisea, en la que se toma hasta una hora y media para lograrlo.
El Distrito Nacional continúa siendo el receptor de la mayor cantidad de vehículos públicos y privados, lo que se refleja en los puentes, elevados y grandes avenidas, lo que expertos en la materia atribuyen a la falta de planificación y de voluntad política para adoptar las recomendaciones de los estudios.
Las grandes terminales de autobuses y minibuses que viajan a regiones del país se encuentran en el centro de la ciudad de Santo Domingo, como las rutas de los pueblos del Sur, ubicadas en la intersección de las avenidas Duarte y 27 de Febrero y sus alrededores.
A estas se agrega una terminal en la 27 de Febrero con Isabel Aguiar, en Santo Domingo Oeste, que provoca muchos taponamientos en la zona.
Lo mismo sucede con las del Este, que impactan sobremanera en los alrededores del Parque Enriquillo, así como las del Cibao, diseminadas en diferentes puntos del DN y la gran parada del kilómetro 9 de la Autopista Duarte.
La solución. La solución definitiva al caos en el tránsito del Gran Santo Domingo está contenida en el anteproyecto de Ley de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, que cursa en el Congreso desde el 2005 y que establece los mecanismos para sustituir el obsoleto sistema de concho por uno colectivo.
Así lo explicó el experto en el tema Onéximo González, quien señala que el anteproyecto, que está en la Cámara de Diputados, contiene hasta el tipo de financiamiento necesario para sustituir las más de 20 mil chatarras que circulan por las calles, la participación del sector privado y el trazado de las vías.
También sugiere la unificación en un instituto de las 11 entidades que actualmente intervienen en el transporte.
González, vicepresidente de proyectos de Transporte y Vialidad, S.A (TRANVIALSA), atribuye el desorden en el tránsito a que desde principio que llegó el primer vehículo al país no se pensó en el peatón, en el transporte masivo, sino en el individual, lo que se ha mantenido hasta el momento.
Revela que la demanda en Santo Domingo es de alrededor de tres millones de viajes diarios y que entre un 85 y 90% se desplazan en los carros de concho, en una flota vehicular obsoleta.
El anteproyecto contempla un impuesto de dos pesos por galón de combustible, equivalente en 2005 a 5 centavos de dólar, con el objetivo de modernizar la movilidad urbana, con participación los grandes sindicatos, como ha sucedido en otras capitales como Bogotá, Guatemala, Brasilia y otras de la región.
Precisa que llegó el momento de que se apruebe el proyecto de ley para que el transporte masivo de pasajeros sea la prioridad, tras asegurar que generaría seguridad, protección al medio ambiente, economía para los usuarios y menos consumo de combustibles.
González sostiene que la masificación del transporte conlleva el trazado de carriles exclusivos, así como el cambio de dirección en muchas vías que actualmente no se corresponden con la realidad.
Tomó como ejemplo que una avenida como la Winston Churchill o la Abraham Lincoln especialicen un carril solamente para el tránsito de autobuses colectivos, articulados, con capacidad de 100 a 180 pasajeros.
Asegura que este sistema conlleva que por cada 200 carros que se saquen de las vías se introduzcan cinco o diez autobuses, con lo que la congestión disminuiría notablemente y con ello la contaminación.
Explica que el anteproyecto también contempla el uso de combustibles amigables con el medio ambiente para el transporte masivo, las multas mediante cámaras inteligentes y criminalizar la violación de la luz roja de los semáforos y el exceso de velocidad.
“Esa ley recoge todas las malas costumbres y las penaliza, las criminaliza, no a la voluntad de un agente de tránsito, no, está establecido en el anteproyecto de ley en función del salario mínimo para que no se desactualice”, explica.
Expresa que la ley también establece que una parte de las multas van al organismo regulador para financiar agentes bien pagados y fiscalizadores bien capacitados.
Aclara que este transporte masivo se haría bajo la figura del fideicomiso, según establece el anteproyecto, que es un acuerdo entre los transportistas y la entidad del Gobierno que maneje el sistema, para hacer la transformación.
Sostiene que mediante un acuerdo se hace la transformación, con los recursos se emiten bonos para comprar las chatarras y limpiar la ciudad, mientras los transportistas se convierten en empresas privadas con seguridad social, salario decente y ocho horas de trabajo. El usuario recibe así un servicio de calidad.
Mesa del ADN. En ese sentido coincide con la Mesa del Tránsito del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) que afirma que la solución al problema quedaría incompleta si no se sacan de circulación los carros públicos y guaguas destartaladas, acompañado del diseño vial, túneles y elevados que se construyan.
El ingeniero Angel Segura, director de Tránsito y Movilidad Urbana del ADN, expone que existe un grave problema que se refleja en la ciudad y es que, al no existir un sistema de transporte organizado, los ciudadanos acuden a soluciones particulares.
Sugiere también que las rutas interurbanas no entren a la ciudad, sino que se queden en terminales en las afueras, desde donde los pasajeros aborden rutas organizadas hacia el centro, con lo que se descongestionaría considerablemente el Polígono Central del Distrito Nacional.
Señala que en la actualidad los ciudadanos pagan alrededor del 25% de sus salarios en transporte para poder movilizarse, debido a la deficiencia en el servicio.
Indica que muchos pagan tres y cuatro pasajes para poder llegar a su destino, ya que todavía el transporte del Metro apenas cubre el 5 por ciento del total de pasajeros.
De igual modo, sugiere una agresiva campaña de educación vial, debido a que el comportamiento individual de los ciudadanos contribuye a la congestión.
Mancomunidad. El Plan Estratégico de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo (MGSD) también coincide en la necesidad de sacar fuera de la ciudad las grandes terminales de autobuses y minibuses, para aliviar a la ciudad de la carga de vehículos que soporta diariamente y disminuir los taponamientos que prácticamente se producen todo el día.
En un estudio presentado por un equipo de expertos en la materia, la MGSD sugiere al menos cuatro terminales en las cercanías de la avenida Circunvalación de Santo Domingo. Estima que esta vía representa una gran oportunidad para el descongestionamiento vehicular del Gran Santo Domingo con terminales fuera.