Desde hace mucho tiempo he planteado que no hay dispositivos ni mecanismos electorales perfectos: todos tienen ventajas y desventajas. Además, como la política no es simplemente un ejercicio de racionalidad técnica, los dispositivos electorales se adoptan en determinadas coyunturas y pueden no funcionar según la cultura política e institucional de un país.
Cuando en la República Dominicana comenzó a discutirse hacer primarias abiertas y semi abiertas para elegir candidaturas advertí que las primarias no son la panacea que se publicita.
Cierto, en los sistemas políticos de competitividad electoral hay que tener mecanismos democráticos legítimos de selección de candidatos, y hay un menú de opciones: primarias abiertas donde puede participar todo el electorado, primarias semi abiertas que excluyen los miembros de otros partidos, primarias cerradas solo con miembros del partido, asambleas de delegados, e incluso las llamadas reservas en que se designa al dedillo.
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La primera Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos que se aprobó en el 2018 generó una amplia discusión, con defensores y opositores de las primarias, sobre todo, de las primarias abiertas y semi abiertas. Al final, esa Ley 33-18 estableció un menú de opciones para que los partidos escogieran en la selección de candidatos y así satisfacer todas las partes.
En el 2020, el PLD escogió su candidato presidencial en primarias semi abiertas y el PRM en primarias cerradas. Luis Abinader ganó con amplio margen en el PRM y las votaciones fueron muy cerradas en el PLD. Leonel Fernández argumentó fraude y abandonó el PLD.
Conscientes ya del costo y las complicaciones que traen las primarias (sobre todo las abiertas o semi abiertas), los partidos políticos han escogido para la selección de candidaturas para el 2024 otros mecanismos, sin contemplar, hasta ahora, las primarias abiertas o semi abiertas (aunque el PLD hizo una consulta temprana, semi abierta, para escoger un candidato presidencial, que es solo precandidato hasta que lo inscriban en octubre 2023).
En mi opinión, las primarias abiertas y semi abiertas presentan dos problemas principales: 1) el alto costo económico, más aún, si se aplica a muchas instancias electivas, y 2) los partidos deben elegir sus candidatos en el marco de sus estructuras, sea con sus miembros en primarias cerradas (preferiblemente para los principales cargos electivos) y por asamblea de delegados para los demás cargos (las encuestas no son propiamente un método de selección sino una fuente de información).
Las elecciones generales existen para que la ciudadanía elija entre las propuestas de candidaturas de los distintos partidos. Por tanto, no hay que involucrarla totalmente al proceso de selección de candidaturas. Esa es tarea de los miembros de los partidos.
Finalmente, la forma en que se realizan las primarias en los Estados Unidos no se aplica a la realidad política dominicana: 1) en Estados Unidos la recaudación de fondos tiene reglas estrictas, por tanto, quienes no consiguen fondos se retiran rápido, y 2) las primarias presidenciales son por eliminación: se realizan estado por estado y se van retirando los aspirantes con menos apoyo hasta que alguien vence.