Corría el año 2014, Jazzomanía-Radio, cumplía 21 años en el aire. Eso había que celebrarlo de algún modo: demasiado esfuerzos y luchas, incomprensiones y batallas morales, para mantener en el aire un programa de jazz en la radio.
¿A golpe de pálpitos, se tomaron a crédito esos billetes de avión, que desde entonces, hace apenas 3 años, se terminaron de pagar.
Sin embargo, no hay nada de qué arrepentirse, pero nada.
La fuerza de la música es un poder luminoso, que relumbra bondades y circunstancias.
Los hijos de Saturno esconden con bella alegría en los amplios anillos juguetones, las soluciones a serias situaciones: cuando se trabaja con la música temprana, cuando todo luce oscuro y sin control, lo positivo que genera el jazz: alumbra túneles ligeros, que antes fueron cavernas insondables de malas ondas y mentes negativas.
Todo esto he visto, diría León Felipe , y pienso cuando recuerdo aquellos días del 2014, cuando Jazzomanía-Radio cumplía sus 21 años en el aire, que la aparición de Stephen Anderson como pianista fue capital para aquella noche del 30 de abril del 2014.(*)…
Estábamos entonces en Quisqueya FM. 96.1, los odiosos petancitos morados apenas amenazaban con llegar, y su caballo de Troya ( El diablo Tun Nun), con su cerrado espíritu de secta malvada, marcaba un final para esa etapa del programa, siempre hemos sabido esperar, con 25 años en el aire, todo se aprende y con astucia: la mediocracia, no siempre se la sabe toda…
Entonces, como no hay mal que por bien no venga, apareció «Nuestro Mormón Tropical «, dejando solos de piano entre la flora encantada de la Quinta Dominica, hogar del mejor jazz en la Ciudad Colonial y RD… ( Que es mucho decir, ).
Ahí comenzaba Stephen Anderson su amor filial por-RD- República Dominicana, pronto será erótico, atención puritanos: existe el erotismo musical, entra por los oídos a fondo, penetra como penetro y se goza !!!!
¿Qué hace un chico de lentes y mormón de North Carolina, aventajado decano de música de la Universidad del mismo nombre ( Chapel Hill ojo: no estatal ), en un espacio como el nuestro con todas sus contradicciones vivenciales y un loco sonido que emborracha?…
Aquella película española y satírica de Luigi Berlanga, debe prestarnos su nombre (Bienvenido Mister Marshall- 1953 ), para ahora nosotros agradecidos decir: Bienvenido Mister Anderson, a diferencia del clásico cinematográfico español, aquí no hay sátira ninguna (At all. En absoluto), todo lo contrario: cuando decimos Bienvenido Mister Anderson, lo hacemos como colectividad de melómanos del jazz, agradecidos con Anderson, por haber estudiado a fondo y difundir la música dominicana, huérfana de atención, en su propio lar.
¡Que desgracia Margot, tú cuero y yo guardia y no para llover! .. ( antigua y brevísima introducción rutinaria a la sociología rural dominicana )…
Pero en todo esto nos falta una voz, el responsable esencial de haber mostrado a Stephen Anderson, el glorioso camino hacia la perdición RD-Story : Guillo Carias. Nuestro hombre en Carolina del Norte, mucho más efectivo que el de la Habana..
Se conocieron y Zaazasssssssssssssss: fuego a la fusión Jazz and Dominican Music.. Y Zazssssssssssss aparición del Dominican Jazz Project.
Conani deposita ofrenda floral en el Altar de la Patria
Se conocieron y Zazssssssssss aparición del Jazzomania Jazz Festival ( JJFest )
O como dice Ray Charles en un momento de fogosidad en la adorable versión de Eleanor Rigby : » Wait a minute. Wait a Moment «..
Demasiado nobleza y sentido común, me espanta, pero esa es la realidad vivida y disfrutada.
Cuando Guillo Carias hace el Retrato de Stephen Anderson desde Sullivans Bar Jazz hasta su matrimonio con la música dominicana..
RELATA GUILLO CARIAS : FUENTE WHATSAPP :
[17:30, 21/1/2022] GUILLO CARIAS:
Stephen Anderson es una extraordinaria persona.
Un formidable músico y es también el director del Departamento de Música de la Universidad de North Carolina (UNC) Chapel Hill.
Cuando me mudé a Carolina del Norte tuve la suerte de oírlo tocar en uno de los numerosos bares de jazz que allí existen, me refiero al Sullivans Steak-House .
Un día coincidimos y me invitó a tocar con él.
Fue una experiencia única para ambos y el principio de una perdurable amistad.
Luego, por iniciativa de Carlos Francisco Elías, vinimos a Santo Domingo invitados a tocar en un concierto en Quinta Dominica, para celebrar el veintiún aniversario de su programa radial Jazzomanía. A eso fue el 2014, Tony Domínguez, ya tenía la chivita de Ho Chi Minh, lo recuerdo…
A partir de entonces, Stephen se enamoró de la música dominicana.
Tal cosa ha dado lugar a la producción de dos CD’s basados en nuestra música y folklore. El primero llamado The Dominican Jazz Project, el cual fue un éxito, y el segundo The Dominican Jazz Project Desde Lejos, el cual tiene tres nominaciones para el Grammy del 2022.
Primer Proyecto: nacido en la Quinta Dominica: 2014.
Segundo proyecto : 2021.
[17:30, 21/1/2022] Guillo CARIAS:
Los niveles de creatividad y digitación de Stephen Anderson son ilimitados y altamente refinados. Su trabajo basado en la música dominicana en forma de jazz son extraordinarios .
Lo admiro mucho y me alegro tenerlo como amigo. «Stephen Anderson y Guillo Carías en Raleigh. Carolina del Norte. Usa.
Desde El Jazzomanía Jazz Festival Hasta el Dominican Jazz Project
El Jazzomanía Jazz Festival. No tiene recursos para ser sistemático.
Es medalaganario, su edición del 2022, aún se define…
En cierta manera, a decir verdad, fue Fernando Rodríguez de Mondesert, quien hizo la cuenta para llegar a la conclusión de que el primer Jazzomanía Jazz Festival ( JJ fest ) fue en el 2014, con ese concierto maravilloso en Quinta Dominica.
El segundo sería en el 2015 con la presencia de Emilie Conway, cantante irlandesa acompañada al piano por J. Taylor y en el contrabajo por Demian Evans.
Emilie Conway : amenaza con retornar
El tercero sería dos años luego con la presentación estreno mundial de la primera versión del «Dominican Jazz Project «… Fue en el 2017, Sala Avilés Blonda. Bellas Artes.
Tercer Jazzomanía Jazz Festival en el 2017. Bellas Artes.
Fabulosa experiencia organizativa. Grata vivencia especial con un extraordinario público, casi a casa llena en Bellas Artes.
Se hubiese tenido el deseo de que el Jazzomanía Jazz Festival fuera sistemático cada año, pero ello no ha sido posible, desde mucho antes de la pandemia, luego la misma no es una excusa, hecho que se suele utilizar con frecuencia ahora, para escurrir el bulto.
Ese festival no tiene personal, depende de dos personas, que prefieren sorprender con calidad, antes que promover basura de música con tal de hacer una edición todos los años, el criterio es claro, para ellos según su slogan: » El Mejor Jazz es lo nuestro «… » The Best Jazz is our Thing «.. » Le meilleur jazz est à nous «.. Así piensan los de Jazzomanía.
Las conclusiones no se hacen esperar:
*Todas estas experiencias, han favorecido la difusión de la música dominicana en el exterior.
*Tener como plataforma, una ciudad como North Carolina, para proyectar a partir de un centro educativo privado, la música dominicana, eso tiene un precio que los interesados oficiales en promover esa música, nunca podrían pagar…
Ni con master..
*Los músicos dominicanos( claro que incluye a Carlos Luis ) tienen de este modo un reto, porque tienen una oportunidad de desarrollo y orientación entre Stephen Anderson y Guillo Carías.
Se les exige para producir calidad, el abandono claro de los clichés del » LLamado Jazz de picoteo «, para trascender y dar de sí lo mejor desconocido, porque existe eso…
De izquierda a derecha Guy Frómeta. Stephen Anderson Jeffry Eckels (+)
Guillo Carías, Carlos Luis. David Almengod. Al frente con gafas: el saxofonista Sandy Gabriel… Ellos son del proyecto original de Dominican Jazz Project.
En otras palabras, Stephen Anderson, nuestro Mormón Tropical. Our Tropical Tropical Mormón, deberá ser reconocido como un músico cuya vocación de afecto por un país y su música, ha creado valores importantes de difusión.
Descubriendo con entusiasmo riquezas sonoras, que dominicanas y dominicanos, deberíamos valorar, como paradigma de una entidad del sonido producido aquí, cuyos atractivos intrínsecos, son un imán para quienes investigan y se deleitan con nuestros tesoros musicales, resistentes en el tiempo a la abulia y la indiferencia local, eso también, como el sur, existe. (CFE)