El número de muertos por las extensas inundaciones en Kentucky aumentó el domingo a 26 en medio de una nueva amenaza de más lluvias fuertes.

El gobernador de Kentucky Andy Beshear dijo en el programa “Meet The Press” de la cadena NBC que una persona más falleció desde el sábado a causa de las tormentas.

Beshear ha dicho que es probable que la cifra aumente considerablemente y que podría llevar semanas encontrar a todas las víctimas. Hasta 37 personas estaban reportadas como desaparecidas, según un informe diario de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).

Además, el Servicio Meteorológico Nacional informó de que era posible que se produjeran más inundaciones repentinas en algunas zonas de los Apalaches el domingo y el lunes con el paso de las últimas tormentas. Las tasas de lluvia de 2 a 5 centímetros (1 a 2 pulgadas) por hora eran posibles en algunas de las mismas áreas que fueron inundadas la semana pasada.

Se han instalado una decena de refugios para las víctimas de las inundaciones en Kentucky con 388 ocupantes el domingo, según la FEMA.

Beshear dijo que la policía estatal estaba recibiendo llamadas de personas preocupadas que no pueden localizar a sus seres queridos debido a la intermitencia del servicio de telefonía.

Le puede interesar: Se registra temblor de tierra en Montecristi

“Todavía no podemos entrar en algunas zonas para comprobar cómo está la gente”, señaló Beshear.

“Estamos aumentando la presencia de nuestra Guardia Nacional. Vamos a trabajar para ir de puerta en puerta, trabajar para encontrar, de nuevo, tantas personas como podamos. Incluso vamos a trabajar a través de la lluvia. Pero el clima lo está complicando”.

En una mañana nublada en el centro de Hindman, a unos 322 kilómetros (200 millas) al sureste de Louisville, un equipo limpiaba los escombros apilados en los escaparates. Cerca de allí, un vehículo se encontraba en el arroyo Troublesome Creek, que había vuelto a su cauce lleno de escombros.

El presidente Joe Biden declaró estado de desastre federal para canalizar dinero de ayuda a más de una docena de condados de Kentucky.