MANILA. Un supertifón azotó el domingo el este de Filipinas con fuertes vientos y alrededor de un millón de personas fueron desalojadas de la ruta proyectada de la tormenta, incluida la capital, donde se ordenó el cierre del principal aeropuerto.
“Hay mucha gente que se encuentra realmente en zonas vulnerables”, dijo Ricardo Jalad, que dirige la agencia del gobierno para respuesta a desastres. “Estamos esperando daños serios”.
El tifón Goni tocó tierra al amanecer en la costa de la provincia isleña de Catanduanes con vientos sostenidos de 225 kilómetros (140 millas) por hora y ráfagas de 280 km/h (174 mph), equivalente a un huracán de categoría 5. La tormenta avanzaba hacia el oeste rumbo a zonas densamente pobladas, como Manila, y provincias afectadas por la lluvia que continuaban recuperándose de un tifón que golpeó la zona hace una semana y dejó al menos 22 muertos.