Suplica ayuda para traer de Ucrania a su hijo secuestrado por la madre

Suplica ayuda para traer de Ucrania a su hijo secuestrado por la madre

Suplica ayuda para traer de Ucrania a su hijo secuestrado por la madre

 Los Ángeles. César Quintana, padre de un menor estadounidense que se encuentra en Ucrania, suplica por ayuda a las autoridades de EE.UU. para traer al país al niño de 2 años, quien fue secuestrado por su madre en 2020 y llevado a Mariúpol, un puerto del sureste de ese país que ha estado bajo fuego desde la invasión rusa.  

“Esto es una pesadilla que se vuelve cada vez más terrible y de la que no puedo despertar”, dijo a Efe Quintana sobre la situación de su hijo Alexander.

Lee más: El hombre encontró a su madre 3 décadas después de ser secuestrado gracias a un dibujo

 “Estoy pidiendo que alguna autoridad en Estados Unidos me ayude a traer a Alexander a su casa. Algún senador o congresista, el Departamento de Estado, la Casa Blanca; que alguien me ayude. Mi hijo nació aquí y su vida corre peligro en Ucrania”, manifestó. 

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César Quintana, padre de un menor // Fuente externa

El calvario para este latino de raíces mexicanas comenzó cuando su esposa, Antonina Aslanova, estadounidense de origen ucraniano, desapareció de su casa en el condado de Orange (California, EE.UU.) el 16 de diciembre de 2020 con el pequeño Alexander.  

Todd Hylton, portavoz del Departamento del Alguacil del condado de Orange, en el sur de California, confirmó a Efe que en esa fecha la institución recibió un reporte de secuestro e inició una investigación. 

 Aunque se lanzó una alerta inmediata para ubicarlos, la madre y el niño desaparecieron. Semanas después Quintana se enteró de que habían viajado a Ucrania.

 Ambos se instalaron en Mariúpol, la segunda ciudad más grande de Donetsk, una de las regiones rebeldes cuya independencia ha reconocido Rusia, junto a Lugansk. 

Quintana cree que Aslanova tomó la decisión presionada por su familia en Ucrania y por problemas con las autoridades de California tras acumular cuatro infracciones por manejar bajo la influencia del alcohol o drogas (DUI, en inglés).  

UNA TRAVESÍA BUSCANDO SU HIJO

 En un intento por recuperar a su hijo, el latino viajó a Ucrania en marzo de 2021 y tras varios meses pudo ver al pequeño.

“No se le había olvidado el español. Le dije ‘Dame un besito’ y me entendió”, cuenta el frustrado padre.  

En Ucrania se enteró de que la madre había tramitado un pasaporte ucraniano para Alexander y que con ese documento logró sacarlo de Estados Unidos.  

El hecho de que Alexander obtuviera la nacionalidad ucraniana ha representado el mayor obstáculo para que Quintana recupere a su hijo.

 Según las respuestas de las autoridades del país europeo a las peticiones del padre, el niño debe estar bajo custodia de la madre y las leyes ucranianas prevalecen sobre las estadounidenses.

 El latino también buscó apoyo de la embajada de Estados Unidos en Ucrania y asegura que no encontró mayor respaldo ni un camino legal para hacer valer sus derechos como padre.  

Tras 10 meses en Ucrania, Quintana tuvo que regresar a California en enero porque su visa vencía y corría el riesgo de ser deportado. “No pude traerlo conmigo”, refirió.  

MILES DE DÓLARES PARA RECUPERAR A SU HIJO

 El hombre asegura que en Ucrania la madre del niño y su familia le exigieron miles de dólares para devolverle al pequeño y que en los meses que estuvo allí tuvo que darles dinero para que le dejaran verlo.  

Florencia Gómez, madre de Quintana, sufre por ver la situación de su hijo y su nieto. “No sé si ellos creen que mi hijo o nosotros somos millonarios porque tenemos una casa.

No saben que aún no terminamos de pagarla. Mi hijo apenas tiene un negocio que le permite vivir”, contó a Efe Gómez.  

La noticia de la invasión a Ucrania la semana pasada añadió más frustración y angustia para Quintana y Gómez.

 Este fin de semana la familia de Alexander en Mariúpol aseguró que el pequeño estaba bien, pero que la situación era muy delicada.  

Gómez dice que ha visto vídeos que envían desde la región que muestran el horror de la guerra. “Es terrible.

Es más cruel de lo que se ve en televisión. Necesitamos que nos ayuden para sacarlos”, ruega la inmigrante, oriunda de Michoacán (México).  

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