¡Tacu Taku!

¡Tacu Taku!

Herminio y su alter ego Píndaro están en un inesperado viaje de salud y, mientras el hacha va y viene, su consuegro José Luis les sirve de guía para provocarles sorpresas agradables… “Miren, les voy a llevar a un lugar al que jamás esperaban visitar… ¡No se espanten en la ruta de llegada! –exclama José Luis-… ¡Les aseguro que esto será un antes y un después!”… Píndaro está de una sola pieza, mirando solo almacenes de mercancías y vehículos pesados a ambos lados del trayecto… De pronto, cercano ya hay un montón de vehículos estacionados y nuestro guía da un giro a la izquierda para ocupar un espacio vacío –como aguardando por nosotros-… Justo frente al vehículo, una puerta de madera pintada en ‘amarillo pollito’, con cristales perfectamente cortados, nos da la bienvenida… “Adelanten” –dice José Luis-, sosteniéndola e invitándonos a entrar… Un impactante sello de garantía previa se nos muestra con dos palabras: ‘Tacu Taku’… El sonido de expresiones en varios idiomas y acentos regionalistas nos certifica que hay un ambiente internacional que brota de expresiones sonrientes y de distensión… Mientras a nuestra izquierda una pared proyecta un cúmulo de palabras netamente sudamericanas –Anticuchos, Chupe de camarones, Chicha Morada, Papa a la huancaína, Lomo saltado, Ceviche-, al fondo, a la derecha, asoma la impactante imagen de un fuego que brota de una gigante cocina que asegura la calidad de lo servido…

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Detrás del mostrador, un par de lentes negros que dan forma a unos expresivos ojos y se enmarcan sobre una amplia sonrisa, alcanzamos a ver a Miguel Cuadros… ‘¡Hola Miguel! –exclama nuestro consuegro, demostrando ser un consuetudinario cliente -… ¡Aquí te traigo a Herminio y a su alter ego Píndaro!… ¡Buenas!… ¡Como han estado!… nos recibe, mientras de inmediato habilita una mesita que acaba de quedar libre… Desde otra mesa, le agradecen lo consumido y, en voz alta, exclaman: ‘¡Tacu Taku!’… Píndaro no espera un segundo más, y cuestiona: “¿De dónde viene el nombre de ‘Tacu Taku’?”… “Viene de un plato peruano tradicional –expresa-… Hemos adquirido ese plato gracias a los africanos que llegaron a Perú… Llegaron los españoles y trajeron a los africanos como esclavos. Su comida era arroz y frijoles… ¡Ellos crearon este plato!… Lo ponían en una sartén y quedaba frito por fuera y cremoso por dentro… En Centroamérica lo conocen como ‘gallo pinto’ pero, ellos no lo calientan, no lo hacen en forma redonda como lo hacemos nosotros… En Colombia, le llaman ‘el calentadito’… Creo que es lo que queda del día anterior, porque el arroz y los frijoles los comen en el desayuno… Tacu Taku le pusimos, luego de varios comentarios con norteamericanos y escucharlos cómo lo pronunciaban… ¡Era que sonaba algo gracioso!”.

“¿Y qué tan importante es el ceviche para tu menú?” –cuestiona Herminio-… Es un plato representativo peruano… Estudié en la Universidad de San Ignacio la carrera de Gastronomía y, luego, estuve en Costa Rica. He visto que en los restaurantes se está perdiendo el concepto de la comida peruana tradicional y criolla… lo que comemos día a día… En un restaurante peruano no pueden faltar los platos que amamos… y, el ceviche es uno de ellos… ¡Es un plato bandera por años!… Tenemos ceviche de ají amarillo, ceviche al olivo, ceviche de cilantro, ceviche en mucha variedad de salsas en las que usamos productos naturales en la salsa…”… Píndaro, mete la cuchara y pregunta a Miguel: “¿Cómo se te ocurrió este proyecto?”… Todo el mundo me dice ‘Tú estás loco para meterte en este lugar… ¡Qué aventurero, y arriesgado! –comenta-… Lo que pasa es que trabajaba en un restaurante en Pembroke Garden… ¡Vino la pandemia!… ¡Cerraron!… Como no se sabía por cuánto tiempo iban a cerrar los restaurantes, encontramos este almacén… La primera idea fue pensar, bueno, si los restaurantes están cerrados voy entonces a aplicar el concepto de delivery, vía las aplicaciones Uber Eats, Doordash, así como todas las aplicaciones que hay… ¡Trabajar en una cocina cerrada pero abierta, vía la tecnología!… ¡Así empecé aquí en noviembre del 2020!… ¡Así nació Tacu Taku!.. Empecé a vender la idea a los restaurantes peruanos de que yo les hacía la comida, la congelaba y empacaba al vacío cumpliendo un proceso de conservación… Nuestra idea les llegó porque tendrían el mismo sabor, el mismo porcentaje, las mismas porciones… Luego de la pandemia, la presión nos llegó para hacer el negocio presencial… ¡La creatividad en el diseño de mi esposa dio el toque exclusivo a este espacio vital!… En ella deposité toda mi confianza!…

Píndaro mira a Herminio y a José Luis, y exclama: ¡Si quieres tener éxito debes innovar!

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