Tecnología cognitiva: un apretón de manos entre la tecnología y la inteligencia humana

Tecnología cognitiva: un apretón de manos entre la tecnología  y la inteligencia humana

A Doña Ligia

A todos los rectores universitarios

Y al director del Infotep

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En el artículo anterior vimos cómo la tecnología cognitiva y la inteligencia humana pueden ser los instrumentos más importantes para el desarrollo de las habilidades humanas y de todas las actividades. Veamos, ahora, los factores a tomar en cuenta a la hora de utilizar estas nuevas invenciones tecnológicas.

La tecnología cognitiva constituye una importante inversión inicial de tiempo y dinero en la creación de programas específicos y en el fomento de la creatividad de los individuos para lograr magistrales creaciones. Es primordial identificar si las tecnologías cognitivas son, en realidad, capaces de mejorar la situación actual de las empresas y de las personas que las usan. Dupress, en su reporte “Desmitificando la inteligencia artificial”, nos señala tres componentes fundamentales a tomar en cuenta antes de aplicar una tecnología cognitiva:

a. Viabilidad:

Se trata de recordar que la tecnología tiene límites que es necesario conocer. Las computadoras no pueden realizar todas las actividades que haría un humano. Es preciso determinar si en realidad es viable hacer una inversión de este tipo.

b. Validez:

La automatización puede ser importante, pero no siempre requerida. Puede que se cree una nueva característica o posibilidad que, en realidad, no tenga ningún impacto en el cliente ni en los procesos realizados.

c. Necesidad:

Se refiere a determinar si los procesos no podrían ser realizados de una mejor manera por los humanos o si, en cambio, el humano no podría hacer su trabajo, eficientemente, sin la tecnología. Un ejemplo: la necesidad de procesar 2000 encuestas en un día. La regla general sería dirigirse a cada persona para que complete la encuesta en un papel, pasar cada respuesta a computadora y luego procesarla y analizarla. Esto lo puede hacer un programa informático a través de una página web en cuestión de segundos.

Una controversia que ha surgido es si el reemplazamiento de trabajadores afectaría las tasas de desempleo mundial. En realidad, el propósito de las tecnologías cognitivas es reestructurar y hacer más eficiente el trabajo.

Puede que se eliminen algunos puestos, pero también se generarán otros, pues se necesitará un nivel de constante supervisión, mantenimiento, modificación y desarrollo de las máquinas.

El progreso de las tecnologías cognitivas aumenta rápidamente con el paso de los años. De acuerdo con Dupress, desde el 2011 hasta mayo 2014, más de 2 mil millones de millones dólares en fondos de capitales de riesgo han fluido hacia compañías que construyen productos y servicios basados en tecnologías cognitivas. En octubre del 2014, la compañía IBM y Repsol (empresas multinacionales integradas de petróleo y gas natural) crearon un proyecto conocido como “Pegasus” para desarrollar tecnología cognitiva que pueda ser utilizada en la industria del petróleo a nivel mundial. Se busca mejorar los procesos de exploración y producción de hidrocarburos. Estas nuevas tecnologías nuevos hallazgo de petróleo. Repsol será capaz de sacar más recursos de los yacimientos que utiliza, tendrá disponible información rápidamente para medir y evaluar los procedimientos existentes y se espera que le dé una ventaja comparativa que le haga líder en la industria minera.

La tecnología cognitiva, unida a otras invenciones tecnológicas, permitirá un progreso que será necesario para enfrentar las revoluciones existentes (global, tecnológica, digital y financiera). Vivimos en un mundo cambiante en el que solamente podrán estar a la par los que incorporen el inmensurable poder de la tecnología a sus vidas y a sus operaciones cotidianas. Dado el crecimiento explosivo de la tecnología y su aplicación en el proceso productivo, el uso eficiente de la tecnología cognitiva determinará cuáles naciones progresarán y cuáles quedarán estancadas, con un altísimo nivel de desempleo, en el tercer mundo.

Investigadora asociada: Julissa Lluberes.

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