Un grupo de personas se refugia detrás de un vehículo bajo un puente en Tel Aviv tras sonar las sirenas antiaéreas. © Jack GUEZ / AFP
El balance del atentado del martes en una estación de tranvía de Tel Aviv aumentó a siete muertos tras el deceso de una de las personas heridas por los dos asaltantes armados palestinos, anunciaron fuentes sanitarias. Al mismo tiempo, Israel enfrentaba el lanzamiento de unos 200 misiles desde Irán. El corresponsal de RFI en Tel Aviv explica el ambiente en Israel en momentos en que se inicia la celebración del año nuevo judío.
La noche transcurrió en tranquilidad, por lo menos en la zona central y sur de Israel. En Tel Aviv, Ramat Gan, Rishon Letzion y en todas las ciudades que conforman el conglomerado de Dan, el más densamente poblado de Israel, como en todo el país, la población se prepara para las celebraciones a partir de ésta tarde y durante los dos días subsiguientes del Rosh Hashaná, el año nuevo judío.
Entretanto, el balance del atentado del martes en una estación de tranvía de Tel Aviv aumentó a siete muertos tras el deceso de una de las personas heridas por los dos palestinos armados, anunciaron fuentes sanitarias.
Irán prometió volver a atacar sólo después que Israel lance la represalia anunciada luego del ataque masivo con misiles, pero es de estimar que Israel se abstendrá de contraatacar durante la fiesta, justamente para evitar la reacción iraní.
Pero mientras Teherán espera, Hezbolá no deja de disparar decenas de misiles contra la zona norte de Israel, disparos intensificados desde ésta mañana.
En la Alta Galilea, las instrucciones son permanecer en los cuartos seguros.
En momentos como éstos, la dividida sociedad israelí se une. Israel está al borde de verse involucrada en una guerra regional de dimensiones y consecuencias inimaginables, pero la realidad es que esa guerra comenzó ya hace un año, declarada por Hamas el 7 de octubre del año pasado con un fulminante ataque desde Gaza contra la población civil y contra el ejército por igual.
Al día siguiente se unió a la guerra Hezbolá desde el Líbano, forzando a Israel a la apertura de otro frente. Todavía permanecen 101 israelíes secuestrados, se estima que la mitad de ellos aún con vida y por ahora no hay señales de avance en las negociaciones por una tregua y el regreso de los rehenes.
La guerra es hasta ahora la más prolongada de la historia y no hay pronósticos de que termine. Analistas políticos y críticos del gobierno dicen que el Primer Ministro Netanyahu no tiene una estrategia clara de qué quiere lograr Israel, y qué debe hacer para lograrlo.