Ciudad del Vaticano. EFe. Los participantes en el Sínodo sobre la familia, que comenzó el lunes en el Vaticano, terminaron sus ponencias, que han evidenciado una división en la Iglesia sobre sí se debe consentir que los divorciados que se han vuelto a casar puedan recibir Comunión.
Los portavoces de la oficina de prensa reiteraron ayer que la asamblea continúa dividida en dos líneas. Una defiende “la fidelidad sin compromisos” de la doctrina, que impide recibir los sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar; y otra la respaldan aquellos que, aunque defendiendo el carácter indisoluble del matrimonio, quieren que la Iglesia católica busque vías concretas para resolver situaciones.
Un obispo pidió que la Iglesia actúe para proteger a los hijos de los cónyuges divorciados de las repercusiones psicológicas que el divorcio pueda tener sobre ellos”.