POR SANTIAGO GONZÁLEZ
SANTIAGO.- Aunque un alto porcentaje de habitantes de esta ciudad salió a vacacionar, fueron más los que este año se quedaron en casa, según unos para evitar accidentes y, según otros, por falta de recursos económicos.
El temor al peligro de las carreteras es la excusa principal para que muchas personas se mantengan en la ciudad. Miles de cristianos, sin embargo, fueron a hacer su profesión de fe a los templos religiosos, como cada año repletos de devotos.
El arzobispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio presidió los actos religiosos y pidió a los padres y madres de familias que oren más en familia y volvió a mostrar su preocupación por la violencia. La mayoría de sacerdotes en La Iglesia La Altagracia, Santa Lucía, Santa Ana, Nuestra señora de Las Mercedes, entre otras, fueron también ácidos con los creyentes que en vez de dar testimonios de verdaderos católicos se dejan arrastrar por las cosas paganas.
La salida de vacacionistas a playas, campos y centros de descanso dejó las calles de aquí prácticamente vacías y por ellas se podía circular libremente, durante los días viernes y sábados.
El ruido de las plantas eléctricas de emergencias estuvo ausente. Durante estos dos días el silenció normó la vida de urbanizaciones y barrios. Los niños improvisaron canchas y estadios de pelotas en plena calles. Los amantes del dominó también se juntaron para sus jugadas.
En los clubes sociales, decenas de familias fueron a recrearse. El Gurabito Country Club, Centro Español, y Club Amaprosan, fueron centros de distracción para muchos.
En un recorrido este sábado por Gurabo, Cerros de Gurabo, Jardines Metropolitanos, La Gallera, Mejoramiento Social, El Egido, Los Platanitos, Ensanche Bolívar y Gurabito, se pudo apreciar que las calles estaban desiertas, señal de recogimiento hogareño.
Donde había una mayor actividad era en el centro comercial de Gurabito, pero la mayoría de los negocios estaban cerrados.
En el casco histórico, los grandes negocios y plazas comerciales comenzaron a recobrar vida pasada las diez de la mañana, pero había pocos clientes este Sábado Santo.