En enero de 2020, el coronavirus parecía algo lejano, en China, en el sudeste asiático. Hacía cien años que el mundo no enfrentaba una pandemia generalizada y no lo imaginábamos. En febrero avanzó en Europa y Estados Unidos; y para principios de marzo se conocieron los primeros casos en la República Dominicana.
Aquel fue un año particularmente difícil para el país: la cancelación de las elecciones municipales de febrero generó un gran descontento, hubo movilizaciones contra el Gobierno del PLD en la icónica Plaza de la Bandera, celebración nuevamente de las elecciones municipales el 15 de marzo, inmediatamente después vino el cierre del país por las amenazas del coronavirus (no se había codificado aún el nombre COVID-19), pánico colectivo por el virus, elecciones de mayo pospuestas a julio, triunfo del PRM, fin de 16 años consecutivos de gobiernos del PLD.
Durante todo ese año 2020, las escenas de enfermos y muertos por la pandemia sacudieron el mundo y los videos de ciudades vacías producían una sensación de pena y desolación.
El año 2021 se inició en medio de muertes masivas por el virus y la creciente esperanza de que pronto llegaría la vacuna a salvar vidas y contener la propagación del virus.
En Estados Unidos, el uso de la mascarilla y la vacuna se convirtieron en temas políticos: unos a favor (sobre todo los demócratas) y otros en contra (sobre todo los republicanos, con Trump a la cabeza). Los países desarrollados acapararon inicialmente la vacuna para proteger su población.
La República Dominicana tuvo la suerte de estar entre los países que China decidió privilegiar por razones geopolíticas con la venta de vacunas, así el país comenzó temprano a vacunar. Luego Estados Unidos reaccionó y llegaron las Pfizer.
El año 2021 fue de reapertura económica y vacunación, pero las variantes nuevas mantuvieron el virus candente: Delta estropeó el verano y ómicron el invierno. Ojalá este sea, como dicen, el comienzo del fin.
Cuántas dosis de vacuna se necesitará para combatir el virus, se desconoce aún; y mientras más dosis se prescriben, más desconfianza genera la vacuna en el segmento de la población que ha estado renuente a vacunarse, incluidos aquellos que lo hicieron a regañadientes.
Para cerrar el año 2021, el Gobierno dominicano emitió un decreto requiriendo la tercera dosis a partir del próximo 31 de enero como requisito para ingresar a lugares públicos. Es su forma de hacer la vacuna obligatoria.
En la República Dominicana, este año 2022 se inicia con muchos contagios y una economía abierta. El Gobierno no puede darse el lujo de dejar caer la economía porque es un año crucial para consolidar y expandir adhesiones.
Por suerte, la tasa dominicana de mortalidad por COVID siempre ha sido relativamente baja. Por ejemplo, en estos momentos, mientras en la República Dominicana la tasa de mortalidad por 100 mil habitantes es alrededor de 40, en Estados Unidos de 252 y en Perú de 624 (la mayor del mundo).
Esperemos que en este 2022, tercer año de pandemia, el covid-19 se degrade.
En 2020 escenas de enfermos y muertos por la pandemia sacudieron al mundo
El año 2021 fue de reapertura económica y vacunación
Esperemos que en este tercer año de pandemia se degrade la covid-19