BOGOTÁ. El jefe máximo de las FARC, Timochenko, dijo que ordenó a las estructuras de esa guerrilla comunista «suspender» la instrucción militar para abocarse a la «formación política y cultural», en medio de un avanzado proceso de paz para terminar medio siglo de conflicto en Colombia.
La orden aparece en un mensaje enviado el miércoles en la noche por el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal y más antiguo grupo rebelde del país, en su cuenta en Twitter y con copia al presidente Juan Manuel Santos.
«úJuanManSantos Ordené a estructuras de üFARC-EP suspender cursos militares y dedicarse a la formación política y cultural üVamosPorLapaz», escribió Rodrigo Londoño, conocido por sus nombres de guerra Timoleón Jiménez o Timochenko.
En la cuenta úTimochenkoíFARC, que el jefe rebelde no usaba desde el 4 de noviembre de 2012, 15 días antes de iniciarse en Cuba los diálogos de paz con el gobierno de Santos, Timochenko se presenta como «continuador del legado de Jacobo Arenas, Manuel Marulanda y Alfonso Cano» y señala que «en la üPaz nos encontramos todos».
En Twitter, Timoleón Jiménez, de 56 años y en la clandestinidad en las «montañas de Colombia», incluye una foto suya tomada la semana pasada en La Habana, cuando tuvo un histórico encuentro con Santos para anunciar la firma de un crucial pacto de justicia y un plazo de seis meses para sellar la paz con un acuerdo definitivo.
Como foto de portada, el guerrillero, que tiene 13,1 millones de seguidores en Twitter, eligió la imagen del apretón de manos con Santos, un hito en el proceso de paz que se desarrolla en Cuba.
El tuit de Timochenko aparece un día después de que en una entrevista difundida por la cadena Telesur, el jefe guerrillero dijera que las armas no son su objetivo para resolver los problemas de Colombia.
«Ya no le estoy dedicando tiempo a la guerra», dijo en diálogo con la exsenadora colombiana y militante de izquierda Piedad Córdoba, a quien subrayó que quiere la paz para Colombia «lo más pronto posible».
El gobierno de Santos y las FARC, surgidas de una insurrección campesina en 1964 y con unos 7.000 combatientes según cifras oficiales, buscan acabar con un enfrentamiento interno que desangra a Colombia desde hace más de cinco décadas.