Un gran terremoto llegó al fútbol europeo que está sacudiendo fuertemente las bases de la UEFA y hasta de la FIFA.
30 años después del Caso Bosman, el cual revolucionó el sistema de pases de jugadores, se ha anunciado la creación de una Superliga que tiene como fundadores a 12 de los clubes más poderosos y/o importantes del fútbol europeo y mundial, tales como Manchester United, Liverpool, Chelsea, Manchester City, Arsenal y Tottenham de Inglaterra; Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid de España; Juventus, Milán e Inter de Italia.
Estarían organizando un torneo en el que podrían participar hasta 20 clubes, con invitados, y se habla del PSG, el Bayern Munich y el Borussia Dormunt. Este torneo sería independiente de las ligas nacionales y los organizados por la UEFA.
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, preside la Superliga, junto a Andrea Agnelli, presidente de Juventus, y Joel Glazer, dueño del Manchester United.
Y ya hablan de la repartición de grandes sumas de dinero. La repartición del dinero por la UEFA es el problema del asunto. Pero todo no queda ahí.
La UEFA y la FIFA ya han tronado y amenazan con la expulsión de todos los clubes que integran esa Liga, así como prohibir participar en sus selecciones a los jugadores de dichos clubes.
Muchas voces importantes en contra de la misma, incluyendo jefes de Estado. Lo que vemos a futuro es que empezarán las conversaciones a ver si se llega a acuerdos, o tendrán que llegar a los tribunales, como ocurrió con el caso Bosman. Unos necesitan del otro, y viceversa. Pero los clubes tienen fuerza para imponerse.
Imaginen los jugadores de esos grandes clubes fuera del Mundial y la Eurocopa. Eso ni lo pienso.
Al mismo tiempo, la UEFA ha anunciado un nuevo formato para la Champions que aumentaría el número de clubes participantes.
Muchas opiniones encontradas en todo el mundo, en favor y en contra de la Superliga, se espera un pleito de larga duración en el que creemos que los dos tendrán que ceder en algún punto.