En lo que será la ejecución de su política económica para ordenar y estabilizar la economía argentina, el presidente electo, Javier Milei, busca empujar la carreta en una sola dirección, evitando quebradas y desvíos sorprendentes que conduzcan a perturbadores extravíos.
En esa dirección, lo primero que hizo fue escoger a quien será la cabeza de su equipo económico, la muñeca financiera que necesita para ejecutar su plan de gobierno: Luis Caputo, “el Messi de las finanzas”, según sus propias palabras.
Y lo segundo ha sido darle todo el poder a Caputo para escoger a quienes ocuparán los principales cargos en la conducción de la política económica.
Para hacerse acompañar en el Ministerio de Economía, Caputo ha escogido como su asesor estrella a Federico Furiase, a pesar de que Milei lo había considerado, previo a su elección, «una máquina de decir pelotudeces».
También escogió a Joaquín Cottani, un exfuncionario de la gestión de Domingo Cavallo, como subsecretario de la cartera que dirigirá.
Caputo lo define como “uno de los artífices silenciosos de los mejores momentos de la década del 90”.
Y la más grande conquista ha sido asegurarse que este miércoles la oficina de Milei anunciara que Santiago Bausili será el presidente del Banco Central argentino.
Bausili fue subsecretario de Hacienda durante la presidencia de Mauricio Macri y había sido socio de la consultora Anker hasta que hace unos días se anunció su cierre.
O sea, la conducción de la política económica de Argentina será tocada a partir de este 10 de diciembre por una orquesta que no da espacio a las notas discordantes.
Habrá un equipo económico homogéneo, que coordinará la política fiscal y monetaria, clave para que se pueda tener éxito en la tarea de llevar a cabo el ajuste fiscal de gran calado que requiera Argentina y la estabilidad de precios que parece imposible de alcanzar.