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Nueva York (EFE).- El precio del crudo bajó ayer un 1,6 por ciento y quedó en torno a 58 dólares en Nueva York, por tomas de beneficios después de las recientes alzas y a pesar de descender las reservas por tercera semana consecutiva en Estados Unidos.
Al finalizar la sesión en el mercado de materias primas de Nueva York (NYMEX), el barril de Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para entrega en agosto se situaba en 58,08 dólares, después de restar 0,95 dólares al valor anterior.
Los contratos de gasolina para julio terminaron la jornada con un precio de 1,62 dólares el galón (3,7 litros), un nivel similar al del martes.
El gasóleo de calefacción para entrega en ese mismo mes descendió alrededor de un centavo y finalizó a 1,61 dólares el galón.
El mercado neoyorquino reaccionó al alza tras conocer los datos sobre reservas que difunde cada miércoles el Departamento estadounidense de Energía (DOE) y se elevó hasta los 59,55 dólares.
Sin embargo, a medida que avanzaba la jornada varió la inclinación de los precios, por tomas de beneficios después de las fulgurantes alzas recientes que acercaron el barril de crudo al nivel de los 60 dólares.
Las existencias de petróleo descendieron en 1,6 millones de barriles, algo menos de lo esperado, y el total acumulado, de 327,4 millones, supera en un 8 por ciento al volumen de hace un año.
Las reservas de gasolina aumentaron en 200.000 barriles y quedaron en un total de 215,9 millones, un 4,5 por ciento por encima del nivel de hace un año.
En cuanto a los productos destilados, que incluyen al gasóleo de calefacción y al diesel, las existencias aumentaron en 1,3 millones de barriles, pero el total de 111,5 millones es sólo un 0,7 por ciento superior al volumen acumulado hace un año.
Las reservas específicas de gasóleo se incrementaron en 1,8 millones de barriles, mientras que las de diesel descendieron en 300.000 barriles.
La merma en existencias de este último combustible, uno de los que registra mayor demanda en la actualidad, y otros datos relativos al consumo, a la producción de las refinerías y al flujo de importaciones, pueden no obstante empujar de nuevo a los precios al alza, según los expertos.
Las refinerías estadounidenses operaron a un 94,8 por ciento de capacidad, frente a un 96,7 por ciento en la semana previa, y eso hizo que disminuyera la producción de gasolina y de destilados.
Además, el flujo de importaciones de crudo se redujo a una media de 10,2 millones de barriles diarios, 440.000 barriles menos que en la semana que finalizó el 10 de junio.
La demanda de gasolina aflojó algo respecto a la evaluación anterior y se situó en una media de 9,4 millones de barriles diarios en las últimas cuatro semanas, un 2,5 por ciento por encima de la que se registraba hace un año.
La de destilados supera en un 6,9 por ciento a la de igual periodo del año anterior y la de combustible para la aviación es un 3,4 por ciento superior a la de hace un año.
El nivel de demanda precisamente es uno de los apartados del informe semanal al que prestan más atención los operadores en estos momentos, por coincidir con un ajustado nivel de oferta.
El acuerdo al que llegaron el martes en Noruega el sindicato petrolero Lederne y la patronal OLF, disipó los temores a una huelga en el sector, que habría reducido la producción de ese país en unos 920.000 barriles diarios y que incrementó la inquietud en los mercados en los dos últimos días. EFE
