Toque de queda, tránsito libre y cierre de locales

Toque de queda, tránsito libre y cierre de locales

La declaración del estado de emergencia por el Congreso Nacional es la vía constitucional mediante la cual el Estado enfrenta una situación de peligro para la patria o la seguridad colectiva; limitando cuando sea necesario ciertos derechos individuales como las libertades de reunión y de tránsito, así como la imposición de normas de seguridad que protejan la vida, la salud y propiedades de la ciudadanía.

Muchos de nosotros, particularmente quienes desarrollamos un espíritu libertario de rechazo al autoritarismo de la tiranía de trujillista y la violencia organizada de los Doce Años de Balaguer, tenemos resistencias mentales a todo acto de imposición de la fuerza pública, por legítimos que sean los motivos y objetivos que las originen; pero es necesario aceptar que se trata de limitaciones temporales destinadas a salvar vidas y haciendas de todos.

Esa disciplina es necesaria para detener la pandemia del coronavirus que nos azota, y al mismo tiempo preservar el desarrollo económico del país, que depende en buena parte del turismo y del comercio.

Por eso hay que buscar una posición de equilibrio entre la actividad económica de la mayoría y las medidas precautorias para evitar los contagios de ese peligroso agente patógeno que es virus COVID-19, y de paso de otras que se suman al llegar los tiempos más frescos y lluviosos, como la gripe, el dengue y la leptospirosis, que están afectando la salud y vidas de la población.

Creo que el horario actual de toque de queda está bien, si se establece una rígida inspección de los centros de trabajo y de expendio de comestibles habilitados, con protocolos que regulen la distancia física, la mascarilla y la temperatura corporal de los responsables y clientes que confluyen en esos negocios.

También hay que regular los horarios de servicio de esos centros, para que entren y salgan en horas diferentes, para evitar las tremendas congestiones que se producen en el tránsito por esa razón.

Del mismo modo debe establecerse que los locales habilitados para el expendio de comestibles a los visitantes dejen de vender comidas y bebidas por lo menos media hora antes de su cierre, y establecer un permiso para el tránsito hasta una hora después del toque de queda, para que los ciudadanos puedan llegar a sus hogares desde su salida sin ser detenidos y a veces sujetos a extorsión por autoridades que abusan de su condición.

Finalmente, más que detener a los ciudadanos, debe ejercerse un control riguroso, cierre temporal y multas a los dueños de locales que violen el toque de queda, para que contribuyan a hacer más llevadera esta pesada carga que padecemos.

En el caso de la zona Colonial, que es un área turística por antonomasia, esta debe tener licencia para operar hasta las 9:00 p.m. los fines de semana y días de fiesta, si es que se quiere hacer rentables sus locales y no sigan cerrando sus puertas definitivamente.

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