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Partiendo de las definiciones que hemos encontrado y que a la vez hemos escogido dentro del análisis con relación al tema del transfuguismo político en República Dominicana, y luego de analizar además algunas de las diferentes variables, pero sobre todo, presentarles a los lectores los diferentes tipos de transfuguismo descritos en uno de los artículos anteriores que sobre el presente tema hemos abordado en este medio, hemos llegado a la conclusión dentro del presente tema, que son: El transfuguismo hacia la bancada oficialista y El transfuguismo por oposición mayoritaria, los que más se usan en nuestra cultura política nacional.
Como expresamos en las definiciones que nos remiten los textos sujetos a estudios, son estas las que más se practican dentro del sistema político dominicano, y por ende las que en el presente artículo reflexivo analizaremos para una mejor comprensión del tema.
El primero, o sea, El transfuguismo hacia la bancada oficialista, se produce según los tratadistas politológicos como Jean – Paul Vargas y Dennis P. Petri, en el libro “Transfuguismo: distorsiones en la gobernabilidad parlamentaria”, cuando “Un legislador (a) o un dirigente político abandona su tracción/partido y opta por integrarse a la bancada del gobierno”; mientras que, El transfuguismo por Oposición Mayoritaria, es cuando “Un legislador (a) abandona su tracción/partido, y opta por integrarse a la bancada del principal partido de oposición”, (página. 13).
Ambas subcategorías pertenecen al llamado Tránsfuga Puro, las demás categorías son Falsos Tránsfugas, Tránsfugas Estratégicos y Tránsfugas Independientes, claro está, de acuerdo al citado libro de los autores señalados. Más adelante detallaremos estas categorías.
Sin embargo, no se podría hablar de transfuguismo, si antes no se habla de política en sí, por lo que remontándonos a lo establecido por el filósofo Aristóteles, “el cual nació en el año 384 a.C. en Estagira, una pequeña localidad de Macedonia”. Este sabio estudioso define la política como “la actividad humana tendente a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad y el proceso y actividad orientada ideológicamente, a la toma de decisiones de un grupo para la consecución de unos objetivos”.
Ahora bien, al hablar de transfuguismo que es la razón principal de ser del presente artículo, tendríamos primero que ver algunas de las múltiples definiciones encontradas tanto en los libros físicos como en diferentes trabajos colgados en las redes sociales, todas ellas de notables intelectuales y pensadores que durante un buen tiempo de sus vidas la han dedicado al estudio de la política como ciencia y de algunas de sus diferentes variables.
Desde hace muchos años (tal vez siglos), la política ha venido sufriendo constantes transformaciones, lo que a su vez ha generado que los mismos actores de esta tengan que hacer ingentes esfuerzos por sanear una actividad, la cual es muy necesaria para el desarrollo de la humanidad, pero como hemos apuntado en líneas anteriores del presente artículo, lo que hacemos en esta oportunidad es analizar el tema desde el punto de vista político-partidista de la República Dominicana.
Es ahí que entran en acción los esquemas y movimientos de esos grandes teóricos en la materia, que como Aristóteles, Platón, Sócrates y otros tantos de la antigüedad, fijaron su atención en el tema para, a través de sus escritos contribuir al desarrollo de las ideas y corrientes de pensamientos que con el paso de todos estos siglos han venido a hacer notables aportes y los que para un mejor y mayor desenvolvimiento de los pueblos se han constituido en corrientes de pensamientos que a su vez les han permitido a los diferentes segmentos sociales y epocales que se desarrollen, claro está, atendiendo a esquemas favorables hacia la misma sociedad, y sobre todo, al estudio y la profundización de sus raíces culturales.
De acuerdo a los contemporáneos escritores del tema, los señores María Alejandra Perícola y Gonzalo Joaquín Linares, en su obra “El Transfuguismo Político como Elemento Distorsionador de la Representación Política”, el término Tránsfuga “se corresponde a una persona que huye de una parte a otra”, (página. 251).
Es debido a los constantes vaivenes y las contradicciones surgidas con los choques de ideas a través del tiempo, que los políticos se han dado cuenta de la necesidad de que los parlamentos, los congresos, en fin, aquellas entidades que tienen la soberana responsabilidad de establecer leyes o estatutos que rijan las naciones, los pueblos o los estados para que esta modalidad sea reducida en nuestra cultura política.
En su afán por buscar mejores beneficios que bien les pudieran dar otro tipo de vida junto a los suyos y de acuerdo a sus necesidades, es que el hombre en su gran mayoría, lejos de desarrollar, como debe ser la lógica de la Ciencia Política para el perfeccionamiento de nuestras ciudades, ha fijado su atención en hacer de este noble ejercicio, algo parecido a una rutina mercadológica basada en acciones empíricas, la que muy lejos de contribuir con el fortalecimiento de los partidos como instituciones garantes del desarrollo colectivo de los pueblos, han ido provocando la siembra de profundas raíces, cuyos frutos no han sido en este país (República Dominicana), los más halagüeños para el progreso y su fortalecimiento en cuanto al crecimiento de la democracia y la institucionalidad se refiere.
Es por esto que desde hace varios años, diversos países han establecido normas o reglamentos, los cuales han buscado minimizar hasta donde se ha podido, la práctica del transfuguismo, y esas normas o reglamentos a su vez han contribuido con el afianzamiento de las instituciones políticas de esas naciones en donde se han puesto en marcha leyes tendentes a reducir o limitar.
Ahora bien, en nuestro país y luego de vencer una series de obstáculos que en sus respectivos momentos fueron motivos de agrios y motivadores enfrentamientos, los cuales se dieron en el seno del Congreso Nacional, así como por parte de la dirigencia política nacional de los llamados partidos tradicionales y /o mayoritarios, se pudo por fin aprobar una ley que aunque todavía adolece de algunas fallas que en lo adelante nombraremos, pero por lo menos nos servirá en lo inmediato como marco regulatorio del sistema político imperante.
Para la aprobación de la presente Ley 33-18 Sobre Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, y para que esta a su vez pueda servir de canal o base para su sustentación en medio del escenario político-electoral, se tomaron en cuenta unas series de leyes y normativas constitucionales.
Estas leyes tuvieron que ver de manera directa para que a su vez se agilizara para su correcta inclusión al sistema modernizador que la sociedad demanda y la cual se inició con la puesta en marcha del citado marco regulador, el cual como instrumento constitucional tiene sus bases jurídicas sustentadas en otras leyes que con anterioridad habían sido aprobadas y que también contribuyen desde sus diversas teorizaciones con lo que es el desarrollo institucional de la República Dominicana.
Continuará…….
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