Por: Jose Dunker

Muchas veces resulta difícil a lograr la transición del liderazgo empresarial de una generación a la otra, esto crea un tema de conflicto, especialmente en las empresas familiares.

Muchas de las empresas que tienen varias décadas de operación exitosa, han sido el resultado del aporte de 2 o más generaciones en el crecimiento y desarrollo del negocio. Resulta difícil muchas veces para las primeras generaciones separarse y otorgar el pleno relevo a la siguiente generación.

El concepto de liderazgo horizontal y participativo probablemente sea un término de gestión gerencial de la actualidad. Algo que probablemente no existía en la visión gerencial de hace varias décadas en las empresas, donde el liderazgo se ejercía de manera más unipersonal.

La primera generación probablemente no tuvo la oportunidad de cursar la mejor preparación universitaria, mientras que las segundas generaciones si han podido tener esta oportunidad gracias al sacrificio inicial de sus progenitores.

El mundo empresarial de hoy es extremadamente competitivo y exigente. Demanda profesionales cada días más preparados para enfrentar los retos de la nueva realidad del mundo comercial.

Con temas como globalización, competitividad, diversificación, nearshoring, inteligencia artificial, comercio electrónico entre otros. Sobrevivir, crecer cuota de mercado, desarrollar estrategias empresariales es una tarea cada día más demandante.

El reto para las empresas es lograr esa integración de las nuevas generaciones para enfrentar el presente y preparar el futuro, sin dejar a un lado los valores y ejemplos de quienes le anteceden.

Esta idea podría aplicarse en empresas pequeñas, medianas, grandes, asociaciones, política y hasta en la familia.

Algunas de las empresas más grandes del mundo como Walmart, América móvil, Dell, Ford, entre otras.

Han logado permanecer, crecer y expandirse usando el aporte de las nuevas generaciones “Transición significa pasar todo lo que tiene valor a las próximas generaciones” Forbes.