El Centro Histórico tiene gran importancia, más allá de su historia y cultura, es la urbe que tiene impregnada las huellas para ser una mejor ciudad.
En todo ese kilómetro cuadrado se concentró la Ciudad de Santo Domingo durante 400 años con un modelo de desarrollo europeo hasta que en 1916, con la invasión norteamericana, se introduce otro paradigma de desarrollo más individualista.
“El Proyecto de Fortalecimiento del Turismo en la Ciudad Colonial de Santo Domingo (PFTCCSD) tiene las pistas de como en 4 años se puede transformar un lugar con poco dinero, pero tiene que ser integral con los lugareños, de la mano del sector privado, uniendo voluntades y muy estratégico”, explica la arquitecta Maribel Villalona Núñez, coordinadora general del PFTCCSD en el periodo de 2012-2018.
Puede leer: Para tener una Ciudad Colonial remozada faltan 10 años de trabajo
A su entender, en urbanismo no siempre lo que parece es lo que se debe ejecutar porque la primera idea no siempre es la mejor. “Tiene que ser con movimientos estratégicos de dónde coloco el dinero para general sinergia y confianza, fíjate que en el mismo tiempo que el BID puso 30 millones de dólares, el sector privado colocó el doble porque se generó seguridad y eso es muy importante”.
Una de sus grandes satisfacciones con este proyecto de revitalización es que durante su ejecución se cumplió con el tiempo establecido. “Eso nos hace sentir muy bien, además de que no tuvimos que recibir del Estado más allá de lo establecido en el préstamo, y eso es importante porque no suele pasar siempre”.
Transparencia y credibilidad
10 auditorías avalan que todo el proceso que se desarrolló en el periodo 2012-2018 del PFTCCSD se cumplió con el tiempo, el presupuesto y la licitación asignada. “Nunca hubo un llamado de atención de los auditores que eran externos y recomendados por el BID. No podía permitirme contratar a nadie porque lo conociera, aunque en el proceso hubo hasta amenaza y mucho de esos ruidos alrededor del proyecto, pero me mantuve firme a los lineamientos de que para participar en el mismo tenía que ser ganando licitación porque entiendo que esa es la manera correcta de hacer las cosas”.
Se activó la economía naranja
El patrimonio cultural e histórico de este país estaba arruinado y en 5 años se revitalizó lo que estaba previsto en su primera fase. “Te puedo asegurar que esto no se ha dado en ningún otro país de Latinoamérica que ha estado en este proceso porque lo recorrí todos”.
Algo importante que sucedió en este proceso fue que el dominicano volvió a visitar el Centro Histórico y se activó la economía naranja. “Aún con las calles rotas surgieron más de 500 negocios avalado por un estudio que hizo el sociólogo Víctor Ruiz, quien determinó que nunca en la historia de la Zona Colonial había surgido tantos expendios comerciales en tan poco tiempo en un voto de confianza”.
Uno de los proyectos que marcó a la arquitecta Villalona fue el llamado “Noche de Jazz en la Zona”. “Me dije esta escalera es tan bella con vista al río Ozama que desde ese punto se ve hermoso, vamos a contrarrestar que la ciudad está rota para que venga gente y dinamice los negocios. En el mismo llegaron a presentarse importantes exponentes de este género como Amaury Sánchez y Patricia Pereyra, entre otros. Realizamos tres años de concierto y eso mantuvo la dinámica, lo que pone en evidencia que la población dominicana cuando se le da un buen producto se comporta a la altura, Lo que hace falta son buenas ofertas”.
Un cambio de modelo de desarrollo
El sociólogo, urbanista y municipalista César Pérez sostiene que el carácter integral, multidisciplinario y sistemático del programa logró resultados que indican que es posible revitalizar un Centro Histórico que ha pasado por las vicisitudes del nuestro.
Para tener una idea de lo que se logró en la primera fase del PFTCCSD cita como ejemplo investigaciones llevadas a cabo en el marco de dicho programa, en un censo de negocios realizado en 2017 se contabilizaron 1,447 establecimientos comerciales activos, de estos, 521 iniciaron sus actividades durante el periodo 2012-2017, que equivale a un 41% de todos los negocios de la zona, poniendo en evidencia el impacto que tuvo el PFTCCSD; dato que adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que la generalidad de esos negocios abrieron sus puertas durante el proceso de obras de reconstrucción de algunas calles de la zona. El empleo se incrementó en un 12%, en la zona, al momento del censo, había 9,388 trabajadores, una cantidad que supera en casi 2,000 personas su población. “Todo empleo generado en un determinado espacio urbano constituye un factor de desarrollo local de ese espacio, de toda la ciudad y del país”, declara el sociólogo.