Para ser viable y factible el Monasterio de San Francisco (Ruinas de San Francisco) deberá conjugar los aspectos socioculturales de la Ciudad Colonial, con una visión inclusiva de los vecinos para que también beneficie su entorno, lo que le daría vida a ese monumento histórico.
Así lo expuso Eduardo Lafforgue, experto contratado mediante concurso internacional por el Programa de Fomento del Turismo en la Ciudad Colonial (PFTCC), quien realiza el “Estudio de viabilidad y plan de gestión del centro de eventos del Monasterio de San Francisco” y ha llevado a cabo varios descensos y contactos con diferentes sectores que inciden en el monumento.
El especialista, quien ganó el concurso que cuenta con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), advierte que como ruina el monasterio iría paulatinamente hacia la desaparición, tal como lo muestra el deterioro acelerado que ha ido presentando durante los últimos años.
Lafforgue es un consultor canadiense con más de 32 años de experiencia en el desarrollo de planes y productos turísticos, así como proyectos similares al de la Ciudad Colonial. Ha trabajado en más de 15 países, entre los que están Bélgica, Francia, España y naciones del Caribe inglés y el Caribe español.
Lafforgue explicó que “la idea es delimitar un proyecto cuyos beneficiarios primarios sean las comunidades y comerciantes del entorno, a la vez que potencie el uso del Monasterio de San Francisco como centro de eventos de pequeña escala”.
Dijo que ya el área del monumento es utilizada como lugar para diferentes eventos, como bodas, conciertos y otras actividades populares que se realizan con un criterio excluyente y sin que existan las condiciones mínimas, las normas medioambientales y el ordenamiento necesario para un lugar como este. El Monasterio de San Francisco, por ejemplo, es la sede del conocido concierto dominical de música sonera del Grupo Bonyé.
Condiciones. En una primera parte, la consultoría busca realizar un diagnóstico situacional para determinar las condiciones en que podría desarrollarse un proyecto que, sin cambiar la dinámica de la vida comunitaria, integre a los actores de la cadena de valor del turismo en la que participan los organizadores de viajes, los transportistas, alojamientos, restaurantes, artesanos, actividades de ocio, deportes, comercio y servicios de apoyo.
Que además, expone Lafforgue, tome en cuenta los activos turísticos de la Ciudad Colonial (patrimonio histórico y arquitectónico, medio ambiente y belleza monumental).
Un centro de eventos, dijo, es una oportunidad para aportar espacios dignos, previstos para eventos y actividades socioculturales, que complemente la oferta de turismo MICE (reuniones, incentivos, conferencias y exhibiciones; MICE por sus siglas en inglés) de la primera ciudad renacentista del mundo, que es la Ciudad Colonial, y que sea aceptable para la mayoría de los actores involucrados.
Además del proyecto de viabilidad que se inicia, el Ministerio de Turismo realiza un estudio de arqueología en el predio del monasterio, a fin de reconstruir la línea histórica y arquitectónica del monumento.