La muerte de Fidel Castro generó hoy reacciones totalmente opuestas en EE.UU., donde el presidente electo, Donald Trump, fustigó al “brutal dictador” al prometer hacer “todo lo posible” por la “libertad” del pueblo cubano y el actual mandatario, Barack Obama, dejó para la historia juzgar su “impacto».
La muerte del líder cubano, quien falleció el viernes por la noche a los 90 años, se produce a menos de dos meses de que el republicano Trump asuma la Presidencia de EE.UU., lo que puede suponer un cambio en la política de acercamiento a la isla puesta en marcha por Obama desde finales de 2014.
La primera reacción de Trump a la noticia del fallecimiento del líder de la revolución cubana fue en su cuenta de Twitter, con una escueta frase- «¡Fidel Castro está muerto!». Poco después, en un comunicado divulgado por la oficina de transición presidencial, Trump declaró que Castro fue un “brutal dictador” que “oprimió a su propio pueblo” y con su fallecimiento deja “un legado de fusilamientos, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y negación de derechos humanos fundamentales».
“Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, mi esperanza es que hoy marque un alejamiento de los horrores soportados durante demasiado tiempo y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece”, afirmó Trump. A pesar de que “las tragedias, muertes y dolor causadas por Fidel Castro no pueden ser borradas, nuestro Gobierno hará todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda iniciar finalmente su camino hacia la prosperidad y libertad”, prometió el presidente electo de EE.UU