Trump construye su equipo, y sigue fiel a su estilo

Trump construye su equipo, y sigue fiel a su estilo

Washington.– Donald Trump, quien en la campaña electoral literalmente rompió todos los moldes políticos, continuaba el viernes la tarea de escoger nombres para formar su futuro gobierno sin dar señales de cambiar su estilo poco convencional.

Después de dedicar parte del jueves a una gira de agradecimiento por ciudades donde obtuvo votos fundamentales para su victoria sobre la demócrata Hillary Clinton, Trump retornó a sus oficinas en Nueva York para seguir las entrevistas con aspirantes a un cargo.

El ex embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, al que fuentes señalan como uno de los aspirantes al cargo de secretario de Estado, es uno de los que Trump recibirá en sus oficinas de Manhattan. Y aunque el presidente electo sorprendió a todos al adelantar el jueves que nominaría al general James Mattis como nuevo secretario de Defensa, Trump mantiene a todos especulando sobre sus próximos pasos.

La decisión de Trump de elegir a Mattis para conducir el Pentágono fue bien recibida por aliados republicanos y opositores demócratas, aunque genera una situación inusual en un país con tradición del control civil sobre los militares. Mattis es un militar retirado conocido por el apodo de «Mad Dog» (Perro Loco) a raíz de su feroz retórica desde que condujo las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán.

Se trataría del segundo general retirado en ocupar un alto cargo en el gobierno de Trump, después de Michael Flynn, quien será el Asesor de Seguridad Nacional. Trump eligió una forma heterodoxa de anunciar el nombramiento de Mattis: lo hizo durante un discurso delante de miles de sus electores en un estadio de Cincinnati, en el estado de Ohio.

Aunque su tono fue levemente más conciliatorio, Trump dejó claro que quería mantener vivo el fervor generado por su campaña con incendiarias declaraciones, en especial contra la prensa. El presidente electo dijo a la red de televisión FOX este viernes que la minigira por Ohio e Indiana tenía por objetivo «agradecer a algunos de los estados donde se suponía que no ganaríamos y terminando ganando por amplio margen».

El Partido Republicano, que resultó fracturado durante la campaña ante la disyuntiva de apoyar o no la candidatura de Trump, parece haber sanado rápidamente las heridas, con apenas algunas pocas voces disonantes.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, que se había negado a realizar campaña en favor de Trump, ahora parece sentirse cómodo y firme junto al presidente electo. «Él ha sido un candidato no convencional. Será un presidente no convencional», dijo Ryan a la cadena CBS en un programa que será transmitido de forma íntegra el domingo.

«Lo que me gusta de él, por mis conversaciones casi diarias, es que se trata del tipo de gente que hace cosas», añadió, de acuerdo a adelantos de la entrevista.

«Muy presidencial».- Aunque por momentos parezca sorprendido por el poder y la influencia que ahora tiene en sus manos, Trump claramente está disfrutando del proceso de construir su equipo de gobierno.

El excandidato presidencial republicano Mitt Romney llegó a decir durante la campaña que Trump era un «estafador» y un «fraude», aunque ahora aspira a conseguir el puesto de secretario de Estado en el futuro gobierno. Tras la segunda reunión mantenida entre ambos, Trump comentó en la red Twitter que Romney fue «muy elegante» en el encuentro.

«Hubo realmente una buena química», comentó. Romney, un multimillonario con influencia en el partido, disputa ese cargo con el legislador Bob Corker (presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado) y el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani.

Mientras mantiene bajo la manga la carta que jugará para escoger al responsable de la diplomacia en su gobierno, Trump ya mantuvo conversaciones con diversos líderes extranjeros, contactos que generaron cierta preocupación. En un mensaje en Twitter, Trump definió al primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, como «un tipo espléndido», un gesto poco común entre presidentes estadounidenses.

En noviembre, cuando sorpresivamente recibió en sus oficinas de Nueva York la visita del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, Trump sorprendió a todos al invitar a su hija Ivanka a participar del encuentro.

Este viernes, Trump anunció la formación de un Foro de Estrategia y Política, un grupo consultivo formado por directores de las mayores empresas del país y banqueros ligados a Wall Street. Este consejo deberá reunirse por primera vez en la Casa Blanca a inicios de febrero bajo la conducción de Stephen Schwarzman, director gerente del fondo de inversiones Blackstone, que administra activos por valor de 361.000 millones de dólares.

A pesar de todo, las críticas a su estilo parecen no hacer mella en el presidente electo. El jueves, durante la visita a una fábrica de acondicionadores de aire en Indianápolis, Indiana, Trump se jactó de haber apoyado millonarias exenciones fiscales a esa firma para evitar la relocalización de 1.000 puestos de trabajo en México. «Yo pienso que es muy presidencial hacerlo. Y si no es presidencial, está bien igual, porque me gusta hacerlo», dijo.

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