Washington. Tras sembrar la incertidumbre al amenazar hoy con vetar los presupuestos federales aprobados la pasada madrugada por el Congreso, el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó finalmente la ley de fondos pese a confesar que está “infeliz” con el resultado.
Horas después de su amenaza, en una improvisada intervención ante los medios, el multimillonario insistió en que la aprobación de la financiación federal para lo que queda de 2018 fue, a su juicio, un proceso “ridículo”, pero decidió firmar la ley por el bien del país y su cuerpo militar. “No obstante, como un tema de seguridad nacional, he firmado la ley presupuestaria. Hay muchas cosas con las que no estoy feliz sobre esta ley, hay muchas cosas que no deberíamos haber incluido en esta ley”, dijo.
“Le he dicho al Congreso que no volveré nunca a firmar una ley como esta”, aseguró el mandatario tras haber manifestado su descontento por la falta de fondos para el muro con México y la imposibilidad de hallar una solución para los jóvenes indocumentados llegados al país de niños, conocidos como “soñadores».
Trump subrayó que le ha sido “imposible” leer las más de 2.000 páginas de la ley, pero concedió que el presupuesto contiene el mayor incremento de inversión para las fuerzas armadas de los últimos años, y reiteró que proteger a EE.UU. es “su mayor responsabilidad».
“He estado pensando seriamente en el veto, pero debido a los increíbles avances para nuestros militares he decidido firmarlo”, insistió.
El magnate culpó de nuevo a los demócratas de que no se haya alcanzado un acuerdo sobre el futuro de los “soñadores”, pese a que fue él quien ordenó poner fin al programa que los protegía de la deportación, conocido como DACA. “Los republicanos están mucho más de vuestro lado que los demócratas, quienes os están usando para sus propios intereses”, les dijo a los jóvenes indocumentados.
Trump rechazó durante meses varias propuestas bipartidistas para dotar a los “soñadores” de una solución definitiva, sin embargo no aceptó ninguna de ellas porque no contenían suficiente dinero para su muro con México o porque no castigaban lo suficiente la reagrupación familiar.
Las cuentas de 1,3 billones dólares, pactadas entre la cúpula republicana y la demócrata, establecen fondos para el Gobierno hasta finales de septiembre, cuando concluye el año fiscal 2018, aunque forman parte de un acuerdo presupuestario de dos años alcanzado entre los dos partidos.
De esa cantidad, 700.000 millones van destinados al Pentágono y 591.000 millones al resto del Gobierno, lo que supone un incremento de unos 80.000 millones de dólares en los gastos de Defensa respecto a los del anterior año fiscal, y de 63.000 para el resto de partidas.
El presupuesto incluye 1.600 millones de dólares para la construcción de barrera fronteriza en la linde con México, pero con condiciones muy restrictivas y lejos de sumar los 25.000 millones que el presidente había pedido al Legislativo. De los 1.600 millones, solo 641 serán destinados a poner nuevas vallas fronterizas a lo largo del Valle de Río Grande, alrededor de 40 kilómetros que no podrán ser en ningún caso de hormigón.
De hecho, el texto también prohíbe específicamente que se usen fondos federales para construir el muro en una zona concreta de la frontera, el Refugio Nacional de Vida Silvestre Santa Ana, en Texas.
Además, el proyecto establece restricciones como la cantidad de kilómetros de muro que pueden construirse o dónde puede ubicarse, determinando, por ejemplo, que de los 1.600 millones de dólares, 251 millones deben emplearse en renovar la doble verja que ya existe entre San Diego (California) y Tijuana (México).