El presidente saliente de los Estados Unidos, Donald Trump, volvió a rechazar conceder la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales. En un discurso que tiene lugar mientras el Congreso se reúne para certificar el resultado de los comicios, en lo que es el último paso burocrático antes de la toma de posesión, el mandatario también presionó nuevamente a su vice, Mike Pence, para que evite validarlos.
“Espero que haga lo correcto. Si lo hace, ganamos la elección. Si no lo hace, será un día triste para nuestro país”, expresó Trump ante sus partidarios, que llegaron a la capital del país norteamericano para protestar lo que, aseguran, fue un fraude electoral que lo privó de un segundo mandato.
Según reportaron distintos medios locales, asesores cercanos a Pence, que reconocen que se enfrenta a un momento políticamente delicado, están convencidos de que el vicepresidente seguirá los procedimientos normales y confirmará la elección de Biden.
En concreto, Trump busca que Pence determine que los votos electorales fueron emitidos de manera fraudulenta y los envíe a legisaturas estatales para que los evalúen. Considerando que 26 de las 50 instituciones territoriales están controladas por los republicanos, el mandatario esperaría que ellos lo pronuncien como el ganador.
La vasta mayoría de las demandas electorales presentadas por el equipo legal de Trump fueron rechazadas por distintas cortes de los estados en las que fueron presentadas. Ninguna de las que prosperó tuvo un efecto sustancial en los resultados. Además, todas las legislaturas locales certificaron los resultados reportados por sus entidades electorales y que, en suma, otorgaron 306 votos electorales a Biden y 232 a Trump.
En otro pasaje de su discurso, Trump criticó fuertemente a los republicanos que se han negado a apoyar sus acciones para bloquear la certificación, y aseguró que respaldará candidatos que los desafíen en futuras elecciones primarias. “Promuevan la salida de los débiles, que se queden los fuertes”, expresó. Y mencionó específicamente a Liz Cheney, hija del ex vicepresidente de George W. Bush, Dick. También al gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp.
En la misma línea se había pronunciado uno de sus hijos, Eric Trump, quien en la noche del martes expresó: “Trabajaré personalmente para derrotar a cada senador y congresista republicano que no enfrente este fraude. Serán desafiados en elecciones primarias y perderán”.
Trump y su hijo hacían referencia al hecho que, pese a que la ceremonia de conteo de votos sea una mera formalidad, los legisladores tienen la potestad de impugnar los resultados. Cada vez que se anuncian los votos de un estado, el vicepresidente pregunta si alguien tiene alguna objeción. Basta que un senador y un congresista se pongan de acuerdo para que se interrumpa el recuento y la queja sea analizada. Cuando eso ocurre, los miembros de cada cámara se reúnen por separado para discutir.
Un grupo de legisladores de ambas cámaras que anunció en las últimas horas que iba a presentar objeciones a los resultados en estados como Georgia, Arizona y Wisconsin, que se resolvieron por un margen muy estrecho. A lo largo de su discurso, Trump enumeró distintas maneras en la que cree que los demócratas cometieron fraude: entre ellas boletas que llegaron por correo fuera de horario y otras que no cumplían los requisitos burocráticos. También dijo que votos demócratas corresponden a personas que estaban muertas al momento de los comicios.
La iniciativa está liderada por los senadores Josh Hawley (Missouri) y Ted Cruz (Texas). Este sábado anunciaron que, a menos que el Congreso designe una comisión especial para realizar una auditoría sobre el proceso, tratarán de impugnar los votos de varios estados. Dicen tener el apoyo de otros diez senadores y de hasta 140 congresistas republicanos.
Sería algo sin precedentes, sobre todo si las objeciones se plantean contra la elección en múltiples distritos. Sin embargo, es casi imposible que puedan cumplir el objetivo que se proponen. Para que el Congreso rechace efectivamente el resultado en un estado y fuerce un recuento es necesario que tanto la Cámara de Representantes como el Senado aprueben la moción por mayoría simple.
En la cámara baja, los demócratas tienen mayoría, así que no hay posibilidad de que prospere el intento. Pero ni siquiera parece posible en el Senado, porque son muchos los senadores republicanos que anticiparon que votarán en contra. Mitt Romney, de Utah; Lisa Murkowski, de Alaska; y Pat Toomey, de Pensilvania, son algunos ejemplos.
Romney, ex candidato a presidente por el Partido Republicano, dijo que era “una atroz estratagema” que “amenaza peligrosamente a la república democrática”. Toomey dijo que el intento de Hawley y Cruz “socava directamente” la capacidad de la gente para elegir a sus propios líderes.