Tu reloj interno, clave para una vida más saludable

Tu reloj interno, clave para una vida más saludable

EFE/Rungroj Yongrit

El Nobel de Medicina otorgado esta semana a tres estadounidenses por sus estudios sobre el reloj interno de los seres vivos y sus cronotipos supone un gran avance científico y un cambio de paradigma, en opinión del neumólogo español Carlos Egea .

EFEsalud ha entrevistado a este experto, que es hoy coordinador del área de trastornos respiratorios del sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), para entender la importancia de los trabajos que sobre cronobiología han llevado a cabo los nobeles estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young .

Se trata de un gran avance científico porque hasta ahora pensábamos que nuestros relojes “eran externos, que nos movíamos por el sol, la oscuridad, las comidas.., y desconocíamos que dentro de cada célula hay un reloj que marca cómo es el discurrir del ser humano a lo largo del tiempo”.

“Cuando se consiga saber cómo funcionan, pues igual cambiaremos la forma de dar los tratamientos y antibióticos en general, porque podremos adaptarlos al momento de máxima eficacia. Hoy los administramos en función de la vida media del fármaco, no en función del momento en el que más lo necesita el organismo de cada persona”.

Para Egea se trata de un paso más en el conocimiento de que cada célula, en su núcleo, tiene un ciclo biológico que podemos conocer “de tal forma que igual lo podemos llegar a manipular en beneficio de una mayor cantidad y calidad de vida”.

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Reloj Interno: los ritmos circadianos

El trabajo de los científicos estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young  sobre los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano  nos ha llevado a conocer no sólo cómo plantas, animales y humanos adaptan su ritmo biológico de manera que esté sincronizado con las revoluciones de la Tierra, sino también a descubrir que las células tienen su propio reloj.

Así, refiere Egea, los trabajos han demostrado que el reloj principal del cuerpo humano está formado por neuronas del núcleo supraquiasmático, situado en la base del cerebro, y que estas neuronas están directamente conectadas a las células que captan luz del exterior.

Este reloj adapta nuestra fisiología de forma “drástica” a las distintas fases del día, al denominado ciclo circadiano, regulando desde la conducta a los niveles hormonales, la temperatura corporal o el metabolismo.

Pero lo relevante, concluye el neumólogo, es que se ha demostrado también que las células de múltiples tejidos tienen su propio reloj biológico interno, que se sincroniza con el núcleo supraquiasmático,  es decir con el reloj principal, pero que no obstante pueden funcionar con cierta autonomía.

“Y genéticamente está determinado como tiene que funcionar una célula en un ritmo circadiano y eso es lo sorprendente, y es lo que si se va a la medicina personalizada podría utilizarse para la optimización de tratamientos”.