Los expertos de la agencia de la Unión Europea que regula los medicamentos dijeron el martes que encontraron un “posible vínculo” entre la vacuna de Johnson & Johnson contra el coronavirus y casos muy raros de trastornos de coagulación detectados en Estados Unidos. Sin embargo, concluyeron que los beneficios de la vacuna superaban por mucho los pocos riesgos de que quienes las reciban desarrollen coágulos.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) dijo que en las etiquetas de la vacuna de Johnson & Johnson se agregará una advertencia sobre los raros coágulos de sangre.
La EMA afirmó que estos trastornos deben ser considerados como “efectos secundarios muy raros de la vacuna”. La semana pasada, J&J detuvo el lanzamiento en la UE de su vacuna, que es de una dosis, después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) recomendó a las autoridades que suspendieran su aplicación luego de que detectaron seis casos de coágulos entre los casi 7 millones de personas que han recibido esa vacuna.
Los funcionarios europeos dijeron que consideraron toda la evidencia actualmente disponible de Estados Unidos, que consiste en ocho informes de casos graves de coágulos sanguíneos raros asociados con plaquetas bajas, incluida una muerte. Johnson & Johnson aconsejó a los gobiernos europeos que guardaran sus dosis hasta que la EMA emitiera una guía sobre su uso.
Aún no ha comenzado el uso generalizado de esa inyección en Europa. El aplazamiento fue un nuevo golpe para las campañas de vacunación en la Unión Europea, que se han visto afectadas por la escasez de suministros, problemas logísticos y preocupaciones sobre coágulos de sangre inusuales que también se presentaron en un pequeño número de personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19.
A los expertos les preocupa que la interrupción temporal de la inyección de J&J pueda afectar aún más la confianza en la vacuna y complicar los esfuerzos de inoculación contra COVID-19 en todo el mundo. Sudáfrica suspendió la semana pasada el uso de la vacuna a raíz de la pausa de Estados Unidos, y países como Italia, Rumania, Holanda, Dinamarca y Croacia almacenaron sus dosis de J&J.
Los trombos relacionados con la vacuna de J&J se producen en partes inusuales del cuerpo, como en las venas que drenan sangre del cerebro. Esos pacientes también tienen niveles anormalmente bajos de plaquetas en sangre, una afección normalmente relacionada con sangrados, no con la coagulación.
En el caso de la vacuna de AstraZeneca, científicos de Noruega y Alemania han indicado que algunas personas están experimentando una respuesta anormal del sistema inmunológico, formando anticuerpos que atacan sus propias plaquetas. Aún no está claro si podría haber un mecanismo similar con la vacuna Johnson & Johnson, pero tanto las vacunas de J&J como de AstraZeneca, así como una vacuna rusa contra el COVID-19 y una de China, usan la misma tecnología: entrenan al sistema inmunológico para que reconozca la proteína de pico que recubre al coronavirus. Para hacer eso, usan un virus del resfriado común, llamado adenovirus, para llevar el gen del pico al cuerpo humano.