Maria Isabel Lebron vocal de Ultreya dio las palabras de bienvenida en el marco de un escenario repleto de belleza al estar entronizado en el centro del escenario del auditorio de Casa San Pablo lugar donde el Movimiento de Cursillos de Cristiandad el cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia a quien estuvo dedicado como homenaje esta Ultreya en este mes de mayo.
La oradora invitada fue la Señora Velkys de Castaños Evangelizadora miembro de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo quien saludo al auditorio diciendo que sus padres eran cursillistas y siempre ha estado ligada afectivamente a este bendito movimiento.
Antes de entregarles una sinopsis de su reflexión Maria Isabel Lebrón al darnos sus siempre muy cariñosas palabras de bienvenida nos recordó que la librería de Casa San Pablo sigue abierta de lunes a viernes de 9:00 am a 5:00 pm y los sábados de 9:00 a. 12:00 m., teniendo dispuesto para todos un club de lectura y que el programa radial del movimiento que se llama De Colores se sigue transmitiendo los viernes a las 7:00 pm por Vida FM.
Ahora, sí que volvemos al resumen de la Ultreya. Iniciamos describiendo la imagen de nuestra homenajeada.
La Madre de Dios, Virgen de la Altagracia, aparece cubierta por un manto azul incrustado de estrellas; y lleva sobre el pecho un escapulario de color blanco. La Virgen, además, luce una corona -añadida posteriormente a la pintura original- y doce estrellas rodean su cabeza.
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Como se trata de una imagen que evoca a la Sagrada Familia y al nacimiento de Jesús, aparece también la estrella de Belén en la parte superior derecha, mientras que la figura de San José se deja ver por detrás, a cierta distancia, contemplando a su familia.
Historia
El lienzo pintado al óleo fue traído desde España por los hermanos Alfonso y Antonio Trejo, quienes integraron uno de los primeros grupos de españoles que llegaron a la isla. Ellos se establecieron en la recién fundada ciudad de Higüey (República Dominicana) y entregaron la imagen como un regalo para la Iglesia de la ciudad
La señora Velkys nos recordó el que estamos viviendo el año jubilar por celebrar los 100 años de la coronación canónica de la Virgen de la Altagracia como protectora del pueblo dominicano.
En tal sentido comento que ha escuchado explicaciones y análisis sobre esta mística pieza de devoción del pueblo dominicano a María Santísima a través de expertos laicos y sacerdotes que nos demuestran aspectos importantes de su imagen tales como la composición de los elementos que aparecen en el cuadro, los colores empleados, la mirada de la Virgen e incluso la posición particular que ocupa San José así como los ojos del niño Jesús, las Estrellas y cada detalle expresado por el artista.
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Esta imagen qué fue entronizada hace ya cien años en la misma puerta del conde donde están enterrados nuestros padres de la Patria, es un acontecimiento que no puede pasar por desapercibido, sin que se produzca un cambio favorable en el interior de nuestras almas tal como lo ha dispuesto la Conferencia de nuestros Obispos quienes nos han trazado la pauta que nos conducen a una purificación de nuestra conciencia y una reconciliación con Dios que nos lleve a desear la santidad en nuestras vidas.
A modo de ilustrar lo que representa la gratitud de un pueblo, la oradora invitada se refirió al Museo de la Altagracia ubicado en el patio de la Basílica de Higüey donde se exhiben unos cuadros que ilustran como ocurrieron acontecimientos milagrosos desde los primeros años de la devoción altagraciana.
Hechos que se fueron divulgando por tradición oral y luego fueron plasmados en estos cuadros para dar fe pública oficialmente a los visitantes y peregrinos que llegaban al primer Santuario en su honor, llamado San Dionisio, el cual en días recientes acaba de ser remozado.
La conferencista escogió narrar algunas historias que están dibujadas en estas pinturas que reflejan los grandes favores que no solamente quedaron en el alma de los beneficiarios, sino de aquellos qué se han enterado de los mismos a través de estos lienzos.
También nos contó que en ese museo hay una sala de prendas ostentosas muchas de oro de muchas otras almas que han recibido regalos del cielo a través de la Madre.
También hoy sus favores se siguen realizando, muchos tal vez la mayoría no se conozcan, porque no hay un alma que acuda a su generoso corazón que no reciba la gracia de lo alto por medio de su mediación.
¡Ave Maria, Gratia Plena!