Un 47% de los hispanos en EE.UU. teme su deportación o la de un allegado

Un 47% de los hispanos en EE.UU. teme su deportación o la de un allegado

De acuerdo con la encuesta, un 38 % de los hispanos inmigrantes cree que su situación es peor ahora que hace un año/Foto: Fuente externa.

Washington.- El 47 % de los hispanos en EE.UU., independientemente de su situación migratoria, está preocupado por la posibilidad de que ellos o algún allegado sea deportado, según una encuesta publicada hoy por el Centro de Estudios Pew y realizada días antes de que Donald Trump asumiera la Presidencia.

El sondeo también muestra que el 67 % de aquellos que no tiene la ciudadanía o residencia permanente está “muy preocupado” por la posibilidad de ser deportado durante la Presidencia de Trump.

Un porcentaje similar (el 66 %) de aquellos inmigrantes con residencia permanente teme verse afectado por deportaciones, pese a su estatus, o que familiares o amigos tengan que abandonar el país.

De acuerdo con la encuesta, un 38 % de los hispanos inmigrantes cree que su situación es peor ahora que hace un año, un porcentaje superior al 21 % que respondió en ese sentido en una encuesta similar de 2014. Ese porcentaje es aún mayor (42 %) entre los inmigrantes hispanos que no tienen ciudadanía ni residencia permanente.

Asimismo, el 41 % de todos los hispanos (inmigrantes y nacidos en el país) tiene “serias preocupaciones” sobre su posición en Estados Unidos tras la elección de Trump como presidente, mientras que un 54 % se siente “confiado” con el nuevo mandatario.

En Estados Unidos, viven unos 57 millones de hispanos, uno de los grupos de mayor crecimiento demográfico y la primera minoría del país, con un 66 % de ellos nacidos en EE.UU.

El sondeo, que se basa en las opiniones de 1.000 hispanos y tiene un margen de error del 3,6 %, fue realizado semanas antes de que Trump asumiera la Presidencia, el 20 de enero, y de que anunciara una política migratoria más severa.

En las últimas semanas, inmigrantes de varias nacionalidades han expresado su rechazo a las órdenes ejecutivas firmadas por Trump que quieren poner fin a las llamadas “ciudades santuario” (donde las fuerzas locales se niegan a colaborar con las autoridades federales en las deportaciones), acelerar las deportaciones de indocumentados y prohibir la entrada a refugiados.