Los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres mueren en la a República Dominicana en cuanto quedan embarazadas: a partir de entonces tienen toda la palabra la sociedad, el Estado y hasta los vecinos.
Así quedó en evidencia en los debates de los candidatos al Senado y la Cámara de Diputados por el Distrito Nacional: la mayoría, incluyendo dos mujeres que buscan ser diputadas, desaprueba las causales y dan por sentado que la vida del por llegar siempre está por encima de la madre. Loor al artículo 37 de la Constitución.
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Dicen que la primera causal no existe porque los médicos salvan a la madre, algo que no es cierto (ay, Esperancita); ignoran la segunda causal (si hay una malformación incompatible con la vida) y descartan la tercera aunque una niña, adolescente o mujer haya sido violada o vaya a tener a su hermano, primo, sobrino…
Pero los debates, además, redujeron a la mujer al aborto: ¿acaso no importan las brechas de género? ¿No es más relevante hablar sobre iniciativas para promover la equidad, mejorar y preservar la vida de las mujeres? Hoy, en la antesala del Día Internacional de la Mujer, reclamemos que los legisladores nos traten como seres integrales, no como incubadoras. Hablemos de lo que nos duele y nos afecta, más allá de la maternidad, que es mucho.