Cuando uno escribe en el periódico, uno tiene la gran dicha de recibir retroalimentación, y muchos de esos pensamientos externados por amigos, nos motivan a responder de forma sincera y con toda la intencionalidad de contestar lo más objetivo posible. Un amigo me escribió y me expresó lo siguiente:
“¡Hola! Acabo de leer tu artículo. Esto se oye simple, pero a un pueblo se le hace difícil avanzar sin un buen sistema de educación y falta de disciplina…”.
Y la segunda persona, una amiga, me envió esta nota: Samuel, “Liderazgo virtuoso, Institucionalidad funcional y Justicia para todos. Tres patas de una mesa llamada Rep. Dom. La cuarta pata, sin equivocarnos, sería
PENSAMIENTO CRITICO…”.
Mis dos amigos inquietos, evolucionados y cargados de conciencia, entienden que los tres artículos que yo escribí, titulados, “Tres elementos para generar una real transformación en la R.D.”, son claves y al mismo tiempo la espina dorsal para que el Estado dominicano pueda caminar con éxito; sin embargo, mis dos amigos inquietos creen que debe existir un nivel de educación en la población para que surja un líder virtuoso, institucionalidad y justicia. Debe existir, dicen ellos, educación y pensamiento crítico.
Ya sabemos que nuestro país no será transformado en base al liderazgo existente, no tendremos institucionalidad ni una justicia que inspire seguridad con el modelo electoral que hemos certificado como el correcto. No será posible una transformación en un país donde la corrupción reina, y la capacidad de ser objetivos y críticos es muy precaria. No es verdad que vamos a cambiar por el solo hecho de quitar un partido y poner otro. Lo que mis amigos están expresando es que se necesita educación, conciencia y pensamiento crítico. Yo me pregunto, ¿y cómo lograremos esto? Es ahí donde se necesita un líder. Las naciones que hoy disfrutan de un sistema más equitativo y justo que el nuestro, es simplemente porque alguien se proyectó y fue más que consciente de la realidad social que afecta las columnas del Estado, y que solo se podía cambiar afectando el sistema disfuncional, el statu quo, y cortando de raíz, a un precio alto, costara lo que costara, lo que nunca había funcionado y lo que solo generaba involución.
Si la educación es el proceso de facilitar el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitos de un grupo de personas que los transfieren a otras personas, yo me hago las siguientes preguntas: ¿Quién generará esos procesos? ¿Cómo vamos a producir en la sociedad dominicana un nuevo paradigma?, ¿Cómo vamos a crear un pensamiento crítico en una sociedad donde la política está por encima de la religión y el mayor empleador es el partido político que en ese momento está gobernando?, ¿Cómo vamos a caminar hacia una nueva consciencia donde no existe ni se entiende la potestad ciudadana?
Gracias a mis amigos por depositar en mi mente y en mi alma preguntas que nos llevan a hilvanar el proceso de transformación. Es cierto, necesitamos educación, debemos caminar hacia una nueva consciencia y cultivar un pensamiento crítico; pero al mismo tiempo, debemos buscar a un líder, que más que responder a un comportamiento que no refleja la esencia y la doctrina de la democracia, responda de manera fiel a los intereses colectivos y a los preceptos que generan más oportunidades y seguridad. Realmente, un buen líder generará una buena educación colectiva, promoverá la institucionalidad y dará aun hasta su vida para que la justicia sea ejecutada de forma más sana. Antes de terminar, quiero darles las gracias a mis dos amigos. ¡Un aplauso a mis dos amigos!