El pedido del Gobierno haitiano a sus socios internacionales para el despliegue “inmediato de una “fuerza armada especializada” dirigida a enfrentar la grave situación del país, es considerado “desestabilizador” por algunos sectores y, presuntamente, resultado de una acción “planificada».
El Diario Oficial de Haití, Le Moniteur, publicó este viernes que el Consejo de Ministros autorizó al primer ministro, Ariel Henry, a “solicitar y obtener” esa intervención “para poner fin en todo el territorio a la crisis humanitaria».
El objetivo del Gobierno es “lograr rápidamente un clima de seguridad que permita la lucha eficaz contra el cólera, la reanudación de la distribución de combustible y agua potable en todo el país, el funcionamiento de los hospitales y la reanudación de las actividades económicas».
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Haití está sumido en una grave crisis en todos los órdenes que prácticamente ha paralizado el país, y que se agravó a partir del asesinato, en julio de 2021, del presidente Jovenel Moise.
¿UN CAOS FABRICADO?
Según el Gobierno, la situación en su conjunto ha llevado a tomar la decisión de pedir la intervención. Los riesgos de una gran crisis humanitaria, debido al súbito resurgimiento del cólera, se suman a la situación de inseguridad en prácticamente todo el territorio.
El bloqueo de las terminales petroleras por parte de bandas armadas ha tenido consecuencias “catastróficas” en el funcionamiento de los hospitales, que se han visto obligados a cerrar sus puertas, en la disponibilidad de agua potable, en las escuelas que no pueden acoger a los alumnos y en el suministro de alimentos a las ciudades.
Sin embargo, para el profesor universitario y líder de un partido de izquierda, Camille Chalmers, la solicitud del Gobierno es el resultado de un “caos fabricado para justificar la ocupación».
El político, además, expresó este sábado su “indignación” por la solicitud de intervención militar, subrayando que Henry “no tiene competencia ni calidad” para hacer tal petición.
Charlmers, quien denunció que desde hace 16 meses el país ha estado “bajo el dominio” de la voluntad de un solo hombre, cree que la situación actual es una “construcción” para conseguir ese fin que es la ocupación.
“Es toda una estrategia de preparación. Hay una forma de organizar el caos para llevar a la población al límite y pedir una ocupación militar”, declaró el catedrático a través de una emisora en Puerto Príncipe.
Durante un discurso el miércoles pasado, Henry dijo querer que el agua potable y los medicamentos lleguen a los enfermos en momentos en que el cólera ha vuelto a reaparecer en el país, y que las empresas que producen agua potable vuelvan a funcionar.
“Queremos ayuda al país para que el combustible pueda llegar a los surtidores de todas partes, para que todos los niños puedan ir a la escuela con seguridad y todo el mundo pueda ocuparse de sus asuntos sin miedo y sin preocupaciones”, dijo en esa oportunidad.
DESESTABILIZAR LOS MOVIMIENTOS POPULARES
Para el historiador y escritor Georges Eddy Lucien esta decisión no es sorprendente porque el régimen “sigue sometido a los dictados de la comunidad internacional” que asegura su mantenimiento en el poder, calificando de “sin escrúpulos” a los miembros del Consejo de Ministros que dieron su consentimiento al pedido de ayuda militar.
El historiador recuerda que desde 2016 hay un movimiento popular en Haití que el Gobierno no ha logrado frenar a pesar del uso del “bandolerismo” y de los policías haitianos.
Según él, existe una confrontación entre el movimiento popular, que exige mejores condiciones de vida, y el proyecto del régimen y de la comunidad internacional de mantener el sistema (de Gobierno) actual.
“No hay fuerzas armadas en el país. La idea es acabar con los movimientos populares, por lo que la intervención militar es una necesidad para ello. Lo que caracteriza esta crisis es la frecuencia de los levantamientos que no podemos controlar”, dijo Eddy Lucien a medios en la capital.
Al asegurar que la historia de las misiones de las Naciones Unidas en Haití han “contribuido a debilitar” el Estado, el analista político cree que la situación actual presentada como pretexto para solicitar una intervención militar es una “incapacidad creada y justificada».
“Han creado esta incapacidad a nivel del Estado y de la sociedad. La situación es un caos organizado”, criticó.