Febrero no solo es el mes de la Patria, sino también del carnaval, encontrando a la República Dominicana como uno de los destinos carnavaleros más importantes del mundo, donde cada fin de semana confluyen miles de personas para disfrutar en familia de este evento.
La Vega, Santiago, y ahora Punta Cana, son algunas de las zonas con mayor arrastre, años tras años, consolidándose como un símbolo de marca país, además de atraer a miles de turistas.
Es que la República Dominicana ha mostrado una amplia tradición carnavalesca, teniendo incluso un Desfile Nacional anual, celebrado el último domingo de febrero, aunque con el paso de los años la tradición ha cambiado, hasta la primera semana de marzo.
Pero mientras ese momento llega, todos los fines de semana, los diferentes pueblos copan las calles principales, con salidas cada domingo en la tarde, algunos con disfraces espectaculares, llenos de colorido y brillo.
Leer: Un viaje a la historia: Origen del carnaval dominicano
La Vega es la meca del carnaval dominicano
La historia del carnaval dominicano tiene su base en el valle de La Vega, para 1510, “cuando el clérigo Álvaro De Castro recreó una batalla entre moros y cristianos” indican historiadores, quienes indica que 10 años después, los residentes en la isla comenzaron a disfrazarse como religiosos cristianos y musulmanes, constituyéndose así una de las tradiciones más longevas de nuestro país.
Sin embargo, el tiempo pasó y no fue sino hasta mediados del siglo pasado cuando el carnaval vegano se convirtió en una tradición anual, moviliza millones de personas durante los domingos de febrero, además de dinamizar la economía de toda la región.
Es considerado como el mejor carnaval de la República Dominicana, así como uno de los mejores de mundo, con más de 2,500 diablos cojuelos, quienes guardan la tradición repartiendo vejiga a los presentes.
Estos grupos se posicionan en zonas especiales denominadas “cuevas”, una especie de VIP en donde los presentes pueden disfrutar del desfile, sin la necesidad de recibir los famosos vejigazos, que solo se dan a quienes transiten por la calle, ya que está prohibido golpear a quienes transiten por las aceras.
Esta es algunas de las tantas reglas que envuelven el tradicional carnaval vegano, cuyos anfitriones se encargan tanto de reforzar la seguridad, así como de velar que se respeten la norma para los visitantes y los mismos diablos.
Grupos como Los Broncos, Las Fieras, Los Chihuas, Las Hormigas, los Panzudos, Las Gacelas, Las Panteras, Los Desconectados, Los Rocky, Los Cuevas, Los Cavernarios o Los Tigres, son de los más viejos, en su mayoría con más de 40 años de creación cada uno.
Esta cultura folclórica se ha convertido en una tradición familiar, como es el caso de los Chihuas, un grupo que ha visto pasar hasta su tercera generación, luego de su fundación en 1980 (44 años), siendo parte esencial del carnaval vegano.
A lo largo de su historia, esta cultura ha sido traspasada hasta los más pequeños, convirtiéndolo en el grupo con más reyes del carnaval en la historia vegana, con un total de cinco.
Incluso, uno de los más recientes, el señor Juan Reynoso, se convirtió en el primer dominicano residente en venir anualmente para desfilar todos los domingos, accionar que ha sido emulado por otros, quienes llegan exclusivamente para estas fechas.
Pero no solo en La Vega la cultura carnavalera se desborda en febrero, ya que, en la ciudad de Santiago, los lechones copan las calles del monumento cada domingo desde las 3:00 de la tarde, al igual que en los Guloyas en San Pedro, o los Papeluses de Cotuí, todos, parte del acervo cultural de la dominicanidad.
Es por ello que el Grupo Punta Cana, desde hace más de una década, conformó su propio desfile anual, en el que se presenta como una opción para los turistas que visitan esa parte del país y que ha tomado notoriedad en los últimos años.
Este año, fue todo un éxito la vigésimo quinta versión de este carnaval, celebrada el pasado 3 de febrero, aglutinando a miles de personas en el importante enclave turístico dominicano.
El Desfile Nacional de Carnaval se celebra en le Malecón de Santo Domingo el próximo domingo 3 de marzo, en el evento de mayor impacto y que ce celebra siempre como antesala a la Semana Santa, una fecha especial para los católicos, por lo que para algunos historiadores, el arte, la cultura y la religión, se conjugan en un mismo espacio.