Los salvadoreños renovaron este 4 de febrero su confianza en Nayib Bukele, una reelección sustentada en el éxito de su «guerra» contra las pandillas. Pero los analistas creen que las dificultades económicas auguran el fin de la luna de miel.
Bukele es, según las encuestas, el presidente más popular de América Latina, sobre todo gracias a la represión de las pandillas que convirtió el que fuera uno de los países más violentos del mundo en uno mucho más seguro. Aunque consiga mantener a raya a las bandas, puede que no sea suficiente para que los salvadoreños sigan dando carta blanca a Bukele en materia económica.
«Política económica bastante errática»
Según Óscar Picardo Joao, director del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades (CICH) en El Salvador, su «política económica ha sido bastante errática. Primero, con un nivel de endeudamiento muy alto, una limitadísima o negativa inversión extranjera directa, que es un factor crucial para un país como este, pobre, y un endeudamiento altísimo».
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«Entonces el tema del bitcoin no pegó, no funcionó, fue rechazado por la sociedad y por la propia volatilidad que tiene el criptoactivo. Sostener el segundo quinquenio con este ritmo que ha llevado realmente es, valga la redundancia, insostenible», enfatiza el investigador.
«Su segundo gobierno será problemático porque no se cumplirán las expectativas de la gente ni en lo económico ni en lo social. Las tendencias [económicas] no son buenas para él», dijo asimismo a la AFP el economista independiente salvadoreño César Villalona. En cuanto al analista Michael Shifter, del centro de estudios Diálogo Interamericano en Washington, estimó que «la situación de seguridad es mejor, pero la economía sigue mal».
«Todo está más caro»
Bukele prometió el domingo «un periodo de prosperidad» porque «ya no hay freno para crear una empresa», estudiar, trabajar, desarrollar el turismo.
Pero empiezan a oírse quejas en la calle, y según Villalona, el lento crecimiento económico y la caída de la producción agrícola e industrial no auguran nada bueno. El costo de la canasta básica de alimentos -que incluye pan, frijoles, carne, huevos y fruta- aumentó cerca de un 30% en los últimos tres años, mientras que el salario mínimo sólo un 20%.
Casi el 30% de salvadoreños vive en la pobreza y casi uno de cada 10 en la pobreza extrema, según cifras de 2022 de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Un informe del Departamento de Estado de 2023 afirmaba que cerca del 70% de los trabajadores salvadoreños estaban en el sector informal sin acceso a prestaciones sociales.
«Los problemas del país son mucho más amplios que la cuestión de la seguridad», expresó para la AFP Ana María Méndez-Dardón, directora para Centroamérica de la Oficina en Washington para América Latina (WOLA). «En términos de empleo, educación» y otros asuntos sociales «no hay ninguna mejora», agregó.
El reto del crecimiento
La salud fiscal es otra de las principales preocupaciones, ya que la deuda pública se sitúa en torno al 80% del PIB y el país es incapaz de vender bonos en el extranjero para obtener efectivo o atraer grandes inversiones, afirmó Villalona.
En su lugar, el Gobierno debió pedir prestado a organismos internacionales, así como a su propio banco central y al fondo nacional de pensiones, lo que disparó aún más el déficit. Con menos dinero en circulación, «la capacidad de consumo está cayendo. Y eso no parece que vaya a tener solución a corto plazo», dijo Villalona.
El país negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un préstamo de unos 1.300 millones de dólares. Pero Villalona dijo que Bukele intenta esquivar las condiciones que incluyen recortar el gasto público, los subsidios y subir los impuestos al consumo «porque tiene un costo político».
«Es un castillo de naipes, porque ya lo único que queda es un fondo del FMI, que probablemente se lo aprueben, de 1.300 millones. Eso le dará oxígeno dos años, pero en 2027 hay que pagar la deuda previsional, que son más de 3.000 millones. Entonces hay mucha incertidumbre para el futuro desde el punto de vista económico», comenta al respecto Óscar Picardo Joao a RFI.
El PIB en el tercer trimestre de 2023 fue del 2,8% y el FMI prevé una cifra del 1,9% para 2024. «El reto es crecer a tasas más altas» alcanzando al menos el promedio centroamericano de entre 2,6% y 3,5%, dijo a la AFP el exgobernador del Banco Central, Carlos Acevedo. Según él, sólo el crecimiento económico sostenido puede «atacar decididamente la pobreza». Sin inversión social, «el tema de las pandillas o un [fenómeno] equivalente resurgirá a medio plazo», advirtió.