Por Manuel Núñez
—Manuel Núñez [MN] ¿Qué cambios representa Con el Caribe al fondo en relación con Fantasma de una lejana fantasía, La casa de Leonor y La reina de Santomé?
—Guillermo Piña-Contreras [GPC]: Ninguno. Están muy relacionadas: Fantasma… va de la mano con La reina…; y La casa de Leonor está estrechamente relacionada a Con el Caribe al fondo. El periodista, Emilio Vargas, es el mismo personaje de ambas novelas, pues trataba de escribir entonces una novela con intriga policíaca, pero me desvié de mi propósito y viré un poco hacia lo sicológico en La casa de Leonor. Mientras escribía esta novela trabajaba en Con el Caribe al fondo.
—[MN] Normalmente, la novela policial parte de un acontecimiento ¿Cómo te nació la idea?
—[GPC]: Recuerdo la muerte de un joven médico que fue asesinado en los alrededores de la Zona Universitaria. Un suceso que ocupó por varios meses la prensa dominicana y, como sucede siempre, perdió actualidad. El acontecimiento fermentó y hoy figura entre los cold cases más famosos del país. Lo único que hice fue cambiar al médico por un arquitecto amante de la pintura para poder contar el desarrollo de las artes plásticas en Santo Domingo post Revolución de abril del 65, así como el desarrollo urbano de la Capital y todo lo que implica la metrópoli en que se ha convertido la primera ciudad del Nuevo Mundo y el tráfico de todo género de las grandes ciudades muy propicio para la novela policíaca.
—[MN] ¿Cuál es el papel del periodismo en la indagación policial y judicial?
—[GPC]: El periodista como el fiscal y el oficial de policía que investigan un homicidio vienen a final de cuenta a ejercer un papel similar. La diferencia fundamental consiste en que los funcionarios del Estado están sometidos a una serie de reglas con respecto al gran público que no constriñen al periodista cuya función es informar a sus lectores y tratar de acercarse a la verdad. Dentro de este razonamiento me permití que la novela fuera en suma la investigación de Emilio Vargas, periodista estrella de Diario Libre.
Puede leer: Mario Botta: El arquitecto contemporáneo de la geometría
—[MN] ¿Cuál es el papel de la incógnita, de lo secreto, de la sensación de verosimilitud?
—[GPC]: La incógnita, como la escritura, es fundamental en una intriga policíaca, pero se sabe que el narrador sabe más que lo que cuenta y ese secreto que no comparte con el lector hasta el final de la historia es lo que mantiene vivo el interés de la lectura y por conocer cómo termina y quién es el asesino pero todo eso depende de la manera como cuenta su historia, cuáles artificios le sirven para atrapar a su eventual lector; por ejemplo el uso de efecto de realidad gracias a la introducción de personas reales en la ficción para darle al relato esa sensación de verosimilitud que tanto éxito tiene en el lector.
—[MN] Uno de los filones temáticos es la pintura de Hernán de Soto, que representa al pintor Gilberto Hernández Ortega. Vargas Llosa sostiene que el novelista es un chismoso. ¿Eres partidario de esta tesis?
—[GPC]: Más que chismoso me parece indiscreto. Su propia condición de cuentero le obliga a revelarlo todo, aunque Faulkner no lo revelaba todo. Había que escarbar saberlo todo. Se escudaba en la intertextualidad para no parecer indiscreto ni “chismoso”, aunque a fin de cuenta su famoso “no dicho” terminaba siendo del dominio de sus lectores
—[MN] Hay un aspecto que ya aparecía en tus novelas anteriores: la historia de tu generación, caracterizada por las evocaciones de la Guerra de Abril de 1965, el universo de René del Risco Bermúdez con la atmósfera de su poemario El viento frío, el Golfito Tenis Club, los cambios arquitectónicos de la ciudad de Santo Domingo, los recuerdos de la Era de Trujillo. ¿Por qué hay ese trasunto de nostalgia?
—[GPC]: Toda novela es una mirada hacia atrás y cuando se mira hacia atrás la nostalgia es inevitable. Comenzaba la adolescencia cuando terminó la Guerra de abril del 65, crecí observando la gran transformación urbana de la Capital, por eso me pareció necesario que la víctima de la novela fuera arquitecto de profesión y no médico como su referencia real y su padre fuera uno de los ingenieros que construyeron los nuevos suburbios residenciales del Santo Domingo post 1965. Mi esposa sostiene que el personaje principal de la novela es la ciudad de Santo Domingo. Si así se percibe, no lo hice adrede.
—[MN] ¿Cómo te sitúas en la novela dominicana contemporánea?
—[GPC]: Creo que voy al ritmo de la narrativa y de la literatura dominicana de hoy.
*Guillermo Piña-Contreras
Con el Caribe al fondo
[Novela] Santo Domingo, Memoria Viva editorial, 340pp