Hoy, miércoles 30 de mayo, quedan 21 días para las elecciones de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Ya los candidatos han concertado sus acuerdos y alianzas, visitando los recintos, centros y subcentros, y en sus discursos han hablado de saneamiento.
Cuando hablamos de saneamiento, nos referimos a limpieza, desinfectar, esterilizaciones, purificaciones, fumigaciones, y si seguimos desglosando, llenamos una cuartilla de sinónimos y epítetos.
Podemos asegurar que el anhelo de la familia universitaria es que la UASD sea saneada, y los candidatos interesados en una profunda profilaxis lo tienen como prioridad en su propuesta.
¿Existe en esencia el saneamiento en algunas candidaturas?
En el transcurso de esta campaña, diversos candidatos han denunciado que las corporaciones merodean, como felinos, el presupuesto de la UASD.
Mientras candidaturas huyen como el diablo a la cruz, el expresar en sus discursos que combatirán las manos negras de las mafias en la UASD, no están pensando en saneamiento.
En tanto, existe un vacío neurálgico en la propuesta de algunas candidaturas, pues tocan el saneamiento con pinzas, la contradicción persiste en el discurso al no mencionar las corporaciones en sus intervenciones, lo que nos llama a sospechar que sus intenciones no están en elevar la calidad de la Primada de América, más bien son abanderados de que el desorden reine en ella.
Con su discurso, pretenden echar el polvo debajo de la alfombra, acciones que desdicen sobre un saneamiento profundo, porque aliarse a las corporaciones es decirle no al anhelo de los docentes, estudiantes y empleados de encaminar el porvenir académico.
Los uasdianos no queremos un discurso de saneamiento en teoría, queremos verlo también en la practicas, pues es un secreto a voces en el campus universitario que ciertas figuras son los patrocinadores de esa candidatura y a la ves son dueño de esas corporaciones, las que son repudiada por una clase docente que desea ver a la UASD competir en los rangos investigativos a nivel mundial..
La UASD debe caminar firme hacia la cúspide, recuperar la confianza en la sociedad dominicana, basada en propuestas reales, alejadas del fantasma de manos negras.