Madrid. Aún no sabemos con qué nos sorprenderá este año la modelo y presentadora Heidi Klum, la reina del disfraz en Halloween, pero aunque la celebración no permita fiestas y aglomeraciones, la noche más oscura del año se puede seguir celebrando con maquillajes y mascarillas terroríficos y fantasmales.
Desde hace días, Heidi Klum llena sus redes sociales con ideas para realizar máscaras, imágenes con las que comienza la cuenta atrás para la noche de Halloween y abanderando una bonita iniciativa solidaria “Héroes que ayudan a héroes».
Aunque recuerda que no pueden reunirse como otros años, apoya los esfuerzos de la organización sin ánimo de lucro Elizabeth Glaser Pediatric AIDS Foundation, que lucha contra el sida infantil y ahora contra la covid-19.
Siguiendo la tradición, la actriz Halle Berry tiene decorado el porche de su casa con calabazas con el nombre de sus hijos Maceo y Nahla, un ejemplo que ha seguido Reese Witherspoon, que junto a su hijo pequeño de ocho años, Tenn, se ha puesto manos a la obra para decorar también su entrada.
La pandemia no ha conseguido recortar el humor y el terror de una noche plagada de zombis, fantasmas o aquelarres. El maquillaje se presenta como el mejor complemento del disfraz aunque las mascarillas ayudan también a crear una imagen terrorífica, en la que los ojos se convierten en protagonistas exaltados.
Aprovechando el lanzamiento de su nueva colección de cosméticos, Kylie Jenner posa con un ceñido vestido de leopardo, afiladas uñas y profundos rasguños en su pómulo izquierdo, para demostrar todo lo que es posible hacer con ellos. Si bien en años anteriores había una clasificación de los disfraces más demandados, lo cierto es que, a día de hoy, son las mascarillas el accesorio que le ha sustituido.
Complementos decorados terroríficamente para la ocasión para amedrentar de lejos durante los paseos. Según el portal Clasf.es, entre las mascarillas más solicitadas está la del alien que atacó a la teniente Ripley en la histórica saga cinematográfica, aunque tampoco se queda atrás la que dibuja la sonrisa maléfica del Joker o la estremecedora que los médicos colocaban a Hannibal Lecter para que no mordiera a sus víctimas en “The Silence of the Lambs” (“El silencio de los corderos»).