El catedrático.Gozaba de la admiración de estudiantes, decanos y catedráticos que el día de su partida de este
mundo, montaron guardia de honor junto al féretro cubierto con la toga y el birrete distintivos de la facultad de Derecho.
Fue incansable estudioso del Derecho en todas sus ramas. Aunque publicó pocos libros, numerosos artículos suyos están dispersos en revistas y periódicos nacionales y extranjeros, pues era, además, corresponsal de publicaciones jurídicas foráneas.
También dedicó su vida a la cátedra en la Universidad de Santo Domingo, de la que egresó como licenciado y doctor y donde impartía Historia del Derecho, Derecho Procesal Civil y Romano. Es autor de la obra de texto “Derecho Procesal Civil Dominicano”.
El incansable jurisconsulto, que ocupó los cargos de Abogado del Estado, Presidente del Tribunal de Tierras y juez de la Suprema Corte de Justicia, gozaba de la admiración de estudiantes, decanos y catedráticos que el día de su partida de este mundo, montaron guardia de honor junto al féretro cubierto con la toga y el birrete distintivos de la facultad de Derecho. Fue arrancado a la vida a los 62 años de edad.
El licenciado Damián Báez B., de la facultad de Derecho de la entonces Universidad de Santo Domingo, resumió el significado de esta pérdida lamentable al pronunciar el panegírico: “La Universidad pierde con su desaparición a un gran maestro: por su amor, dedicación, vasta ilustración, sus profundos conocimientos jurídicos y su amplia cultura”.
Y agregó: “no quiso ser y no fue el inolvidable profesor Froilán Tavares hijo, un adocenado en su labor como jurista, y su inmenso amor por la ciencia jurídica y su profunda vocación profesional, lo llevaron al cultivo y al estudio de esa disciplina, y así nos legó valiosos trabajos científicos, verdaderas monografías, pero, de todos esos trabajos será siempre perdurable como el amable recuerdo del querido profesor ahora abatido por la muerte, su inigualable Derecho Procesal Civil Dominicano, obra de texto en esta vieja Alma Máter”.
Historia personal. Froilán nació en Valverde (Mao), en 1893, hijo de Froilán Tavares y Juana de Tavares. Obtuvo su licenciatura en Derecho en la Universidad de Santo Domingo el 20 de octubre de 1916 y el título de Doctor en 1950.
Estuvo casado con Carmen Vidal Velázquez, de San Pedro de Macorís, madre de sus hijos Margarita, Froilán Jaime Ramón, Raúl Osvaldo Máximo y Carmen María.
Tras prolongado quebranto de salud falleció el jueves 22 de abril de 1955. “La muerte no podrá eclipsar su nombre para la historia del Derecho Dominicano. Perdurará por sus obras por sobre lo transitorio de la vida, y más que sus enseñanzas escritas y verbales desde la cátedra sabia de la universidad. Su vida ejemplar, útil a la magistratura al servicio de la justicia y el orden constituido legítimamente, son brillantes ejecutorias que no borra la muerte”, escribió su discípulo de término Víctor Vinicio Valenzuela, después reconocido abogado.
El abuelo. “No conocí a mi abuelo, pues nací casi dos años después de su muerte, pero a través de los recuerdos de mi madre Margarita A. Tavares, mi abuelo se convirtió en una figura de referencia y hasta de consulta pues muchas veces escuché a mi madre y a mi tío Froilán preguntar qué hubiera hecho “papá” en estos momentos”, narra Carmen Rita Malagón Tavares de Moya, su nieta.
Cita la herencia profesional de dos hijos abogados del prestante jurista, Margarita y Froilán Jaime Ramón. Carmen María, dice, se graduó de ingeniero y el menor, de médico. “Froilán y Margarita, revela, junto a su padre, cuando ya estaba retirado de las funciones públicas, abrieron la Oficina Tavares, Abogados y Notaría”.
“A mi abuelo le encantaban los gatos, era famoso por su predilección hacia ellos”, expresa.
“Para mi madre y mi tío, seguir las normas y enseñanzas de su padre fue un norte”, manifiesta, citando su libro de texto que los dos hijos “actualizaban cuidadosamente”.
Añade Carmen Rita que cuando a doña Margarita la nombraron Juez de la Suprema Corte de Justicia, sus primeras palabras cuando ella la recibió al llegar del Palacio Nacional fueron: “Un juez es como un sacerdote, todo lo que se le confía es como un secreto de confesión”.
Y enfatiza: “Fueron exactamente las palabras que su padre dijo cuando lo nombraron Juez de la Suprema Corte de Justicia. Su recuerdo siempre estará presente”.
Artículos. Es extensa la relación de artículos publicados por Froilán Tavares hijo, la mayoría citados por Vetilio Alfau Durán en Anales de la Universidad de Santo Domingo: Oralidad del proceso en la República Dominicana; A propósito de las acciones subsidiarias; Notas de Derecho Procesal Civil; Los auxiliares de la justicia y de las partes. Los abogados; Competencia de atribución del Juzgado de Primera Instancia.
Además, escribió sobre Saneamiento de la propiedad inmueble; Los poderes del Estado; Los títulos ejecutorios en el Derecho Procesal Civil Dominicano; Una interpretación liberal del artículo 73 del Código de Procedimiento Civil; Reparación de las pérdidas ocasionadas con la aplicación de la Ley de Registro de Tierras; El registro inmobiliario y publicidad real inmobiliaria, entre muchos otros.
Sobre sus trabajos opinó en 1946 Santiago Sentis Melendo, director de la Revista de Derecho Procesal de Buenos Aires. “En sus elementos, aparece un sano propósito de modernización de los estudios procesales, resultado de un conocimiento de las nuevas direcciones obtenidas en el estudio de los más destacados autores y de las obras principales”.