Un nuevo comienzo

Un nuevo comienzo

Al menos eso veo desde aquí. La posibilidad de un gran cambio. En un país donde muchos cambios antes fracasaron. Muchos cambios y muchos proyectos.

Precisamente estos derrotados en las pasadas elecciones formaron parte de un gran proyecto.

Todavía hoy yo creo que los jóvenes peledeístas, del 1974 y un poquito después, que yo conocí, al menos una minoría de ellos, eran verdaderamente honestos. Y quiero suponer que alguno de ellos todavía lo es.

Pero casi todo el basamento moral de su conducta política era muy débil. Un gobiernito de siete meses. Que en ese breve tiempo no tuvo ningún escándalo fraudulento. Pero desde el principio cultivó la contra de la Iglesia y los Americanos. Cosa que no aprendió el astuto Bosch de sus exitosos amigos Figueres, Betancourt, Gallegos y Muñoz Marín. 

Claro, los errores, los disparates, también vienen en cadena y el talentoso cuentista había pasado ya por El Borrón y Cuenta Nueva  que no fue solo un error sino también una iniquidad, casi un crimen. Pretender borrar todos los crímenes del Trujillato y olvidar todas las denuncias que él mismo, y  muchos otros más durante 31 años hicieron de esos crímenes, y borrar de un plumazo el ejemplo viril y decente que los sobrevivientes de esos crímenes dieron a la ciudadanía del país. Es mucho más que un error. Es una ignominia.

Y cuando vino el septembrino golpe el Profesor estaba casi solo. Los que le dieron el triunfo electoral no eran su partido. Creo que debo decir que este no fue un golpe de Estado cruento ni violento. Podría decir que fue hasta algo cortés. Don Luis Amiama Tio, uno de los Héroes del magnicidio, acompañó  en un barco de la Marina de Guerra Dominicana hasta San Juan de Puerto Rico, al depuesto presidente Bosch.

Don Luis tenía entonces, que luego lo desechó, el grado de general del Ejército. Y, no sé si me equivoco, pero no recuerdo ningún homenaje, saludo o invitación del presidente Bosch a los héroes del magnicidio. La única conspiración contra Trujillo que cumplió su cometido.

Apuntan algunos que el golpe del 25 de septiembre afectó mucho a Bosch. Al político y al artista. Aunque no parece haber florecido, después de sus días al amparo de don Luis Muñoz Marín, ningún cuento como aquellos «Cuentos en el exilio» ni ninguna obra maestra como «Cuba La Isla Fascinante», sí, escribió mucho Pentagonismo y de Colón a Fidel o algo parecido.

Eran los días que se convirtieron en años de «David contra Goliat» y de algún invento ideológico como ese del Marxismo pero no Leninismo.

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