La obra, es una comedia que logra su propósito, hacer reír al público. Los temas centrales de esta pieza son el adulterio involuntario y el homicidio.
Asistimos a la pequeña y acogedora Sala del Teatro “Las Máscaras”, ubicado en la Ciudad Colonial, a presenciar la puesta en escena de la obra del escritor franco-español, Jean Pierre Martínez, “Un Pequeño Asesinato”, bajo la dirección de la actriz Lidia Ariza. El título nos había llamado la atención, pues nos parecía irónico, ¿acaso puede un asesinato considerarse pequeño? Aunque lo de sin consecuencias es más común de lo deseado.
La obra es una comedia y como tal logra su propósito, hacer reír o sonreír; podría ser calificada como “Comedia Negra” donde los valores son negados, pero todo termina bien por un giro irónico, o una “Comedia de Enredo” por su texto ingenioso y final inesperado, o de “Evasión”, quizás la más apropiada, por su argumento que apenas puede explicarse, con situaciones absurdas.
Independientemente del género, la obra cumple lo esencial de todo teatro, entretener, lo que finalmente dependerá de los elementos esenciales, los actores.
Los temas centrales de la obra son el adulterio involuntario y el homicidio; tres personajes intentan seguir ocultando sus verdades. La escenografía recrea una modesta sala, allí llega Juan aterrorizado, hay sangre en sus manos y en una camisa que trata de esconder debajo de un cojín, son pruebas de que ha cometido un “pequeño” asesinato, quizás… por celos.
Aparece Eva, la esposa de Juan, una mujer de carácter, abogada, que al notar la ansiedad de Juan le ordena, más que suplicarle, que le cuente lo que está sucediendo, no puede creer que Juan haya cometido un crimen, -sin excusar a la víctima-, ambos buscan la forma de evadir la realidad, como ocultar el cadáver, lo que significa complicarse la vida.
La llegada del tercer personaje, Cristina, la viuda, mujer sosegada, complica la situación, intentan ocultarle el asesinato, y les sorprende su reacción, luego de enterarse.
El personaje de Juan es interpretado por el actor Ángel Martínez, que desde nuestro punto de vista nos parece muy adecuado. Su actuación con gran dosis de un humor tenebroso, se expresa en sus parlamentos dichos con gracia y en su permanente accionar, provocando el efecto deseado, la risa.
El potencial histriónico de la actriz Montessori Ventura, en su papel de la esposa -Eva-, se desborda con una gestualidad elocuente, y el movimiento corporal pero especialmente con su voz, cargada de ironía y humor.
Yarimar Uribe, interpreta a la viuda, su llegada rompe por un momento el esquema, su elegante figura y su pausada movilidad, desconciertan, su capacidad histriónica va moldeando la verdadera personalidad de Cristina, pasando de aparente victima a cómplice, en una actuación veraz, óptima.
Los personajes construyen el juego escénico a un ritmo constante, creando expectativa, debidamente pautado por la eficiente dirección de la actriz Lidia Ariza.
La musicalización, las luces y regiduría de Ángel Martínez, aportan a esta puesta en escena. La interacción con el público es permanente, haciéndolo cómplice o juez de este “pequeñito asesinato” Finalmente el crimen se burla de sí mismo. Les invitamos a disfrutar de esta entretenida comedia.